A Petrona le gusta ir a la escuela para aprender nuevas palabras. Ella es estudiante en la una escuela pública de Guatemala, en concreto en la aldea La Estancia en Quiché, el lugar donde llevamos a cabo el proyecto En la escuela alimento mis sueños, con el que mejoramos la calidad de alimentación y de vida de las familias guatemaltecas, en concretos de los niños y niñas ofreciéndoles en la escuela un entorno seguro: agua limpia y alimentos nutritivos que proporcionan los huertos escolares.
El objetivo del proyecto es evitar el absentismo escolar, pues en el departamento del Quiché, los dos municipios en los que estamos presentes: Santa Cruz y San Pedro Jocopilas, presentan unas tasas de abandono muy altas y preocupantes, en concreto desde el año 2020, que coincide con el inicio de la pandemia por el covid-19, más conocido como coronavirus.
El motivo por el que los niños y niñas faltan a la escuela está muy claro: las condiciones de pobreza en las que viven y se enfrentan día a día sus familias, que provocan la falta de agua potable, con todas las enfermedades que esto acarrea, y la desnutrición.
Tanto es así que, en un año que llevamos con el proyecto, las dos escuelas participantes han aumentado en un 10% la asistencia regular de los estudiantes y los resultados de las encuestas sobre salud muestran una reducción del 15% en los casos de desnutrición moderada y un 25% menos de enfermedades gastrointestinales respecto al año anterior.
Esto significa un gran avance en la asistencia escolar y en la salud nutricional de los niños y niñas. Además, también involucramos a toda la comunidad educativa, tanto a los maestros como a las familias, para que cuiden y desinfecten el agua; les ofrecemos talleres de elaboración de alimentos, donde se aprovecha para destacar otros temas como la importancia de la equidad de género.
El director de una de las dos escuelas, Agustín Tax, nos explica cómo el proyecto ha impactado de manera muy positiva a toda la aldea porque los niños y niñas también cuidan del huerto y conocen más sobre cómo se cultivan las verduras como las zanahorias, las remolachas, los rábanos u otros vegetales: “Mientras más nutritivos sean los alimentos, más capacidad intelectual tendrán los niños y niñas”, explica el director.
Abel, uno de los estudiantes, dice que tener cercanía con la naturaleza, lo relaja y hace sentir "feliz", porque hace nuevos amigos y también conoce sobre los beneficios de comer verduras.
Alimentación , educación , Guatemala , huerto escolar , Pobreza , Pobreza infantil
Conoce quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos.
Recibe nuestra newsletter con todas las novedades.
Con los REGALOS SOLIDARIOS EDUCO ayudarás a que miles de niños y niñas vulnerables puedan estudiar, crecer sanos y tener oportunidades de futuro. ¡Regala aquí!