El 11 de julio se celebra el
Día Mundial de la Población, creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y que busca tomar consciencia y reflexionar sobre los problemas demográficos del mundo. Se plantea que cuanto más podamos planificar nuestras familias, mejor podremos planificar las vidas de nuestros hijos,
vencer las barreras que impone la pobreza, mejorar la salud y lograr una mayor equidad de género. Queríamos aprovechar este día tan señalado para contar los problemas que azotan el mundo en el que vivimos y
sugerir cómo puedes abordar estos temas y educar a tus hijos a entenderlos y quizás, a motivarles a crear un mundo más justo, más seguro y mejor.
La población humana del planeta Tierra sobrepasa los 7 mil millones de personas. La mitad de los jóvenes son pobres y sufren la desigualdad social, la discriminación y la falta de empleo. Lamentablemente, la pobreza, el hambre y la enfermedad acechan en especial a mujeres y niños. Como padres,
a veces resulta difícil hablar de estos temas con nuestros hijos. Es normal que queramos protegerles y enseñarles el lado positivo. Pero es esencial que tomen consciencia de lo que pasa en el planeta en el que viven, aprendan sus derechos fundamentales y se sientan motivados a colaborar en hacer de este mundo uno mejor. La clave es hacerles pensar, más que desbordarles con estadísticas. Esa es la mejor manera de criar niños con mentes críticas y convertirles en ciudadanos del mundo.
La densidad de población y expectativas de vida
El actual mapa del mundo demuestra lo desigual que es la distribución mundial y las esperanzas de vida de un país. Un niño que nace en un país desarrollado vive 16 años más que uno que nace un país en vías de desarrollo. De acuerdo a
The Global Education Project, “
más de 5 millones de personas, la mayoría niños, mueren cada año a causa de enfermedades contraídas por beber agua de mala calidad y 2 billones no tienen acceso a la electricidad.” Una de las formas para concienciar a tus hijos es haciendo preguntas.
“¿Qué pasaría si no tuviésemos un doctor o un hospital?” “¿Qué haríamos si no tuviésemos agua para lavarnos, beber y cocinar?” ¿Y si no hubiera electricidad en casa?”
También hay ejercicios que se pueden hacer en familia para empezar a tomar conciencia como el de
escribir una lista de las cosas que necesitamos para sobrevivir y a diferenciarlas de aquellas cosas mas secundarias: agua vs un balón de Futbol. Para más ejercicios, consulta la
serie de actividades que ha creado UNICEF.
El derecho universal a la educación
La educación debe ser accesible a todos los niños del mundo, sin discriminación alguna. Lo cierto es que la educación es un derecho universal, contemplado en la
Convención sobre los Derechos del Niño. Pero la realidad es bien distinta.
61 millones de niños no tienen acceso a la educación ni es gratuita, tal y como estipula las normas de los Derechos del Niño. Educar en la verdad es una obligación para todo padre y profesor. A
provecha situaciones cotidianas para abordar el tema de la desigualdad con tus hijos haciéndoles preguntas como:
“¿Qué pensarías si no te dejasen o no pudieses ir al cole?” “¿Qué pasaría si no pudieses leer o escribir?” “¿Y si tuvieses que trabajar en lugar de ir al cole?” Estas preguntas no tienen una respuesta correcta. Lo importante es que aprendan a pensar en las desigualdades del mundo y a valorar lo que tienen.
Una vez concienciados, es más fácil pasar a la acción y pensar en crear un reto solidario.
El trabajo infantil
La Organización Internacional del Trabajo estima que hay 215 millones de niños entre la edad de 5 y 17 años que trabajan en condiciones que se consideran ilegales o peligrosas. La mayoría de ellos se ven forzados a trabajar para ayudar a sus familias y dejan el colegio o nunca lo empiezan.
Tus hijos pueden ser agentes de cambio mediante la participación activa. Motívales a contarte lo que ya saben sobre el trabajo infantil y hazles las siguientes preguntas:
“¿A qué edad debería un niño empezar a trabajar?” “¿Qué tipos de trabajo son aptos para los niños?” ¿Por qué crees que existe le trabajo infantil?”
La Organización Internacional del Trabajo pone a disposición una campaña interactiva en la que padres, profesores y niños pueden
realizar actividades en torno al tema del trabajo infantil.
Enseñar a nuestros hijos a pensar de manera crítica es darles herramientas para que puedan resolver problemas. Que puedan analizar y evaluar la información y hacer preguntas es mucho más importante que sacar buenas notas. Sócrates fue famoso por enseñar a pensar preguntando. Los niños lo hacen por naturaleza. ¿Y si lo empiezas a hacer tu?
Derechos de imágenes:
b101m,
Randen Pederson.
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