Son muchas las señales que nos está dando el Planeta para entender que el clima está cambiando: algunos lo atribuyen al cambio climático, otros a los ciclos de la tierra, pero lo cierto es que hay regiones, como por ejemplo el desierto del Sáhara, una de las regiones más áridas del planeta, que ha experimentado un período de lluvias intensas atípicas.
Las catástrofes van en aumento y repercuten en el bienestar de los más jóvenes: más de 1.000 millones de niños y niñas han visto sus vidas alteradas por desastres desde el año 2000, con más de 80.000 escuelas dañadas o destruidas. Y es que la crisis climática está afectando con mayor dureza a la educación en los países de renta baja, con una media de 18 días lectivos perdidos al año, frente a 2,4 días en las naciones más ricas.
Las escuelas tienen un papel fundamental en la promoción de una cultura de prevención de desastres y en el empoderamiento de los jóvenes para comprender y actuar sobre los riesgos a los que se enfrentan. Una inversión única de 18,51 dólares por niño puede mitigar el impacto de las crisis climáticas.
Para reducir las pérdidas y los riesgos de desastre a escala mundial, el papel de la educación en la protección y la formación de los jóvenes para un futuro sin desastres es clave. Cada 13 de octubre se celebra el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, y este año se insta a los países a aprovechar la educación para reducir el riesgo de desastres de los niños y niñas en edad escolar, invirtiendo en dos áreas clave:
La protección de los niños y jóvenes mediante escuelas seguras: los niños tienen derecho a estar seguros en sus escuelas y esto empieza por garantizar que las escuelas sean resistentes a los desastres y formen parte de los sistemas de alerta temprana de desastres.
La formación de los niños, niñas y jóvenes para que estén seguros mediante una educación adecuada a su edad que les permita comprender los riesgos a los que se enfrentan y actuar en consecuencia. Los niños empoderados se convierten en agentes de cambio para unas comunidades más resilientes.
Para llevar a cabo nuestros proyectos humanitarios, priorizamos los países o zonas geográficas que se encuentren en crisis humanitarias por conflicto, por desastre o en riesgo de desastres además de los países en los que estamos presentes desde hace años directamente o a través de ChildFund, la alianza a la que pertenecemos.
Desde 2020 trabajamos bajo una estratégia global que guía todas nuestras acciones de educación en situación de emergencia. Nuestro trabajo puede consistir en dar una respuesta inmediata ante una crisis o en proyectos de prevención para evitar un mayor desatre en distintas zonas del planeta: desde el Sahel Central (Burkina Faso, Malí, Níger), Benín, Centroamérica (El Salvador, Nicaragua y Guatemala), Asia (Bangladesh y Filipinas) y en Europa (Ucrania y Moldavia). Además, como parte de ChildFund Alliance, dimos respuesta al terremoto de Siria.
en Cox's Bazar, el campo de refugiados más grande del mundo, la infancia y especialmente las chicas adolescentes sufren graves riesgos como el matrimonio infantil, los embarazos precoces, el maltrato emocional y toda forma de violencia, incluida la violencia sexual y de género. Las chicas adolescentes por normas socioculturales muy a menudo deben quedarse en casa realizando tareas domésticas y de cuidado, y no pueden ejercer su derecho a la educación. En Educo trabajamos para sensibilizar a las familias y chicas adolescentes sobre la importancia de la educación y promovemos oportunidades educativas inclusivas y adaptadas (tales como la educación a domicilio), para que las adolescentes puedan continuar su aprendizaje.
Aseguramos la restauración del acceso a la educación mediante reparaciones a pequeña escala de escuelas dañadas por el terremoto de 2023, actividades recreativas y aprendizaje socioemocional entre aprendientes, así como sensibilización para fomentar la asistencia y el retorno a la educación.
Tras el paso de los huracanes ETA e IOTA en 2020, establecimos espacios educativos de emergencia en comunidades afectadas, incluyendo la formación de docentes y promotores de la comunidad en educación en emergencias. Realizamos sesiones educativas de nivelación, y distribuimos kits educativos y lúdicos en escuelas afectadas.
Apoyamos la matriculación o reinscripción de los niños y niñas desplazados y/o refugiados en las comunidades de acogida: se establecen mecanismos locales para perfilar e identificar a los niños, niñas y adolescentes en situación de desplazamiento o de refugio a medida que llegan las oleadas de personas que se encuentran en estas circunstancias. Una vez identificados, se sensibiliza a las familias sobre la importancia de la escolarización (especialmente la educación de las niñas y de la infancia con necesidades especiales o en situación de discapacidad) para que regresen a la escuela o se matriculen.
Otra acción clave es el apoyo a la obtención de documentos de registro civil para niños, niñas y adolescentes de familias en situación de desplazamiento, de refugio o de retorno. La expedición de un certificado de registro civil es esencial para el acceso a la educación, y supone a su vez una herramienta de protección. Sin un documento que acredite su edad e identidad, la infancia puede ser discriminada y apartada de sus derechos más básicos como el de la educación. Los niños y niñas recién llegados a las zonas de acogida reciben kits escolares tras una evaluación participativa e inclusiva.
En Malí, hemos usado el mecanismo de transferencias de efectivo y cupones para aumentar el acceso a la educación y la resiliencia de los hogares vulnerables y afectados por la crisis humanitaria. Los hogares reciben ayuda económica para cubrir los costes asociados al inicio del nuevo curso escolar y al mismo tiempo compensar mecanismos de adaptación negativos en el hogar, como por ejemplo el trabajo infantil.
“El regreso a la escuela para un niño es volver a la vida”, nos contaba nuestra compañera Lucie de Burkina Faso, experta en este tema. Sabemos que la educación es clave para proteger a los niños y niñas ante los desastres o emergencias que cada día se dan con más frecuencia y por eso, seguiremos trabajando en este sentido para dar respuesta la respuesta que merecen.
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