“Me llamo Fatoumata, tengo 13 años y estudio sexto de educación básica en la escuela de Soufroulaye, en Mopti, Malí. Antes vivíamos en otra comunidad, en Bankass, pero
teníamos miedo a causa de los conflictos armados y huimos a Soufroulaye. Gracias a los materiales escolares y la radio que me proporcionó Educo pude continuar de forma remota mis estudios durante el cierre de las clases por el coronavirus, en mayo del año pasado. Ahora hemos podido volver a la escuela con todas las medidas de seguridad”.
Antes de que el Gobierno decretara las medidas para frenar la pandemia, entre ellas el cierre de los centros escolares, más de 1.200 escuelas en Malí ya habían tenido que cerrar como consecuencia de los continuos ataques a las instalaciones por parte de grupos armados. El COVID-19 no hizo más que agravar esta situación y aumentar las necesidades humanitarias preexistentes.
1,4 millones de niños y niñas como Fatoumata necesitan apoyo urgente para continuar ejerciendo su derecho a la educación.
En este sentido, y con el objetivo de
evitar la desercerción escolar, mejorar la calidad de la educación y preparar los centros para la reapertura, Educo y Unicef unimos fuerzas a través del fondo Education Cannot Wait –la educación no puede esperar– e iniciamos el proyecto de apoyo a la educación de los niños afectados por la pandemia en las regiones de Mopti y Ségou.
En total
actuamos en 50 escuelas y comunidades de la región y hasta el momento hemos logrado reducir significativamente la tasa de abandono escolar a través de la educación a distancia durante el confinamiento y el suministro de radios solares, materiales educativos y transferencia de efectivo para la educación de los hijos de 1.220 familias vulnerables y desplazadas internas.
"Temía por mi vida y mi futuro, pero hoy estoy feliz de poder volver a la escuela. Los cursos a distancia me ayudaron a continuar mis estudios hasta que las escuelas reabrieron a principios de enero. Ahora
tengo una radio solar que me permite seguir las lecciones a través de las emisoras comunitarias gratuitas, incluso durante los fines de semana. Además, mi escuela está equipada con kits de lavado de manos y respetamos la distancia de seguridad. Puedo continuar mis estudios en condiciones saludables y seguras”, explica Fatoumata.
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