Estamos trabajando con entidades sociales de las zonas damnificadas por la DANA, con las que hace años que llevamos a cabo proyectos para mejorar la vida de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables. Tenemos previsto ofrecer apoyo emocional a la infancia afectada para que puedan procesar lo ocurrido de la mejor manera.
“Cuando se produce una catástrofe de esta magnitud, todas las personas que la viven ven como su vida da un vuelco gigantesco. En el caso de los niños y niñas, este cambio es aún más significativo. Tienen menos recursos para sobrellevar un suceso tan traumático como este. Puede afectar de manera considerable a su salud mental y a su educación, teniendo consecuencias negativas para su futuro. Por eso, es importante actuar y garantizar su bienestar cuanto antes, para que puedan gestionar lo mejor posible las emociones que están viviendo”, explica nuestra directora general Pilar Orenes.
Con este objetivo, desde Educo vamos a poner en marcha actividades de apoyo psicosocial, educativas y de ocio en las que los niños y niñas puedan compartir sus vivencias y emociones. Asimismo, también estamos trabajando con las entidades sociales locales para cubrir las necesidades más inmediatas de la población, como el acceso a agua potable.
En estos momentos, es muy importante que los niños y niñas que han vivido estas terribles inundaciones puedan recuperar cuanto antes la normalidad. Eso incluye retomar las clases, ya que, en este tipo de situaciones, la escuela es un refugio emocional para ellos y ellas, en el que pueden expresarse y compartir sus emociones con sus compañeros y compañeras mientras se sigue garantizado su derecho a la educación.
Desde Educo hemos trasladado al gobierno estatal y a gobiernos autonómicos una serie de recomendaciones para asegurar entornos seguros y de buen trato hacia la infancia y la adolescencia en las zonas más afectadas por el temporal:
Garantizar los derechos de la infacia en este contexto: Hay que asegurar que se garantizan y respetan los derechos de los niños y niñas en todo momento. Una catástrofe de esta magnitud impacta especialmente a este colectivo, más aún si ya parten de una situación de vulnerabilidad (pobreza y exclusión, discapacidad…). Tienen menos recursos para sobrellevar un suceso tan traumático. Es fundamental asegurar que tenemos la mirada puesta en la infancia en cualquier emergencia: saber cuántos afectados hay e incorporar sus necesidades en los planes de respuesta y rehabilitación.
Asegurar la protección de la infancia y adolescencia: En una situación de crisis y caos como esta, los niños y niñas están más desprotegidos. Por ello, es clave poner en marcha desde el primer momento y de manera urgente los mecanismos de prevención y detección precoz de violencias que existen, así como asegurar entornos seguros y de buen trato. En este sentido, recomendamos incluir a las figuras de protección de infancia y adolescencia de los municipios y de la consejería de derechos sociales en los espacios de coordinación y en la elaboración de planes de respuesta y rehabilitación.
Garantizar el bienestar emocional y psicosocial de la infancia: Es fundamental cuidar la salud mental de la infancia. Es importante asegurar entornos seguros donde los niños y niñas puedan expresar emociones, hacerlo con calma, buscando el momento, generando toda la seguridad posible en un entorno de incertidumbre.
Apoyar y formar al profesorado: para que pueda acompañar y apoyar al alumnado para garantizar su salud mental. Recomendamos, por otra parte, crear, coordinar y poner a disposición una red nacional de psicólogos infantiles, orientadores familiares y otros perfiles profesionales que puedan brindar apoyo a los niños, niñas, adolescentes y sus familias.
Garantizar el derecho a la educación: Para niños, niñas y adolescentes ir a la escuela y tener una rutina es fundamental en estos contextos. No tanto para evitar que pierdan el curso académico sino porque la escuela es un espacio de seguridad para ellos. Por eso hay que trabajar para que la educación se mantenga, como una necesidad básica más. Eso incluye rehabilitar centros educativos dañados, apoyar y formar al profesorado para que pueda acompañar y apoyar al alumnado para garantizar su salud mental y apoyar a los Coordinadores/as de Bienestar y Protección para que puedan realizar sus funciones. Asimismo, es fundamental que se garantice el acceso al comedor escolar y se mantengan las ayudas a quienes recibían becas comedor y hayan sido reubicados en otros centros.
Apoyar a las entidades de infancia locales: La experiencia de las entidades (sociales, culturales, de ocio y deportivas) que trabajan con niños, niñas y adolescentes en el terreno es única y singular por su trayectoria y conocimiento de la realidad de la infanica y sus familias en ese lugar. En un escenario de crisis en el que estamos, es crucial incluirlas de manera activa en los espacios de coordinación con las administraciones a nivel estatal, autonómico y municipal.
Desde hace más de 30 años, Educo trabajamos en favor de los derechos de la infancia y hemos dado respuesta a otras situaciones de emergencia en países como Gaza, Ucrania, Burkina Faso, Filipinas o Nicaragua, muchas veces provocadas por fenómenos meteorológicos extremos. También en España, donde en 2021 pusimos en marcha un programa de apoyo emocional y arteterapia para la infancia afectada por el volcán de La Palma.
Derechos de imagen: @EFE_Ana Escobar/ @EFE-Kai Försterling
DANA , educación , educación en emergencias , emergencia , España
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