Cuando acaba la escuela, los niños y niñas que asisten al comedor escolar durante el curso, en muchos casos gracias a becas y ayudas, dejan de ir y de tener asegurada al menos una comida al día completa y nutritiva. En ocasiones, los padres y madres trabajan en verano porque es cuando encuentran empleo haciendo sustituciones.
"Al no tener dinero para apuntarlos a actividades de ocio o pagar a alguien que cuide de sus hijos e hijas, los niños y niñas se quedan solos en casa, lo que dificulta que coman correctamente. Si tienes 12 años y estas solo en casa, es probable que te dejes el plato de verdura que te han preparado y comas algo que te guste más”, explica Pilar Orenes, nuestra directora general.
En España 1 de cada 3 menores de edad está en riesgo de pobreza o exclusión, y la cifra no mejora con el paso de los años. Es un dato inaceptable ante el que no podemos quedarnos indiferentes. Tenemos a miles de niños y niñas que sufren las consecuencias de los problemas económicos de sus familias ahora y hay que tomar medidas urgentes ya. No podemos hablar de futuro si no nos centramos en lo que está pasando en el presente.
Desde Educo recordamos que más de 370.000 niños, niñas y adolescentes no comen carne, pescado o pollo cada dos días y que el 34,5% - más de 2,8 millones de niños, niñas y adolescentes - no puede disfrutar de al menos una semana de vacaciones al año fuera de casa.
Es por este motivo que por octavo año consecutivo iniciamos nuestro programa Becas Comedor Verano, para asegurar la alimentación, el ocio y el descanso de niños y niñas en situación de vulnerabilidad. El proyecto se realiza en colaboración con 65 entidades sociales locales de toda España, un 10% más que el año pasado.
En el programa participarán más de 4.000 niños y niñas, un 14% más que en 2021, y tenemos previsto facilitar más de 100.000 comidas. “Este año hemos recibido más peticiones que en años anteriores y vamos a tratar de atenderlas a todas. Es un reflejo de la realidad que están viviendo las familias, especialmente las más vulnerables, que ya venían sufriendo las consecuencias económicas de la pandemia y que han visto cómo empeoraba su situación a causa del aumento de los precios de los últimos meses por la guerra de Ucrania”, explica Pilar.
Además de asegurar la alimentación, con nuestro programa se realizan actividades de ocio y aprendizaje para fomentar la educación emocional, aprender a resolver conflictos de forma pacífica o usar Internet de manera segura, entre otros. Algunos de los niños y niñas que participarán en los campamentos y colonias de verano han llegado a España desde Ucrania.
“Los meses de verano son un auténtico reto para todas las familias, pero especialmente para aquellas con menos recursos económicos. Es importante poner el foco en la infancia más vulnerable, porque normalmente es la que tiene menos acceso a las actividades de verano. En Educo trabajamos para dar apoyo a estos niños y niñas, pero no podemos llegar a todos. Es necesario que desde las administraciones se pongan en marcha medidas específicas de apoyo a las familias y a las entidades sociales, como un aumento de los recursos económicos y técnicos o la cesión de espacios para realizar actividades”, explica nuestra directora general, y añade: “La única manera de erradicar las desigualdades sociales que existen es que los niños y niñas tengan las mismas oportunidades para jugar, relacionarse y aprender, también durante el verano”.
Desde que pusimos en marcha el programa de Becas Comedor Verano en 2014, hemos concedido más de 30.000 becas y facilitado más de un millón de comidas durante las vacaciones estivales.
Derechos de imagen: Oscar Egea/Educo
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