A punto de cumplirse cuatro años del
éxodo masivo de la población Rohingya, muchos de ellos y ellas asentados actualmente en el campamento de refugiados de Cox’s Bazar, en Bangladesh, queremos acercarnos a la nueva cotidianidad de dos adolescentes que han sufrido a muy temprana edad un capítulo vital más que impactante. Convertidas en
refugiadas ante los ataques indiscriminados del ejército de Mayammar a su comunidad, su día a día no es nada fácil pero, aun así, son capaces de continuar su formación a pesar de las duras circunstancias.
Aleema y Nadira son dos
adolescentes rohingyas que acuden puntualmente al
Centro de aprendizaje en el hogar de Educo. Aun cuando tuvieron que abandonar sus escuelas originarias, las niñas no pierden la esperanza y se visualizan como maestras en un futuro. Están agradecidas de la formación que están recibiendo, una educación alejada del sistema rígido y clásico de sus antiguos colegios. Aquí
aprenden con tablets digitales a partir de gamificación. Ambas disfrutan del nuevo método y se muestran convencidas de su progreso.
El aprendizaje digital tiene un impacto más positivo que la educación tradicional. Todas las tabletas están precargadas con un
software automatizado. El
software está gamificado y es fácil de usar. Sin duda, se trata de un recurso que anima a los estudiantes a acudir a estudiar.
Por su parte, todos los profesores encargados del aprendizaje digital han recibido formación en esta nueva enseñanza que no se vale del cuaderno y el bolígrafo. Acompañan diariamente a los y las adolescentes en su formación,
respetando sus ritmos, sin presionar. Les dejan aprender felices con su
tablet. Además, para evitar la transmisión del coronavirus, los profesores del centro de aprendizaje de Educo siguen todas las pautas de salud, inculcándoles el correcto lavado de manos y preservando la distancia social.
“Me encanta el aprendizaje basado en tablets”
Hace cuatro años se rompieron los sueños de
Aleema, una niña rohingya de 12 años que quería ser profesora. Tuvo que huir de su tierra natal, Mayanmar, a Cox´s Bazar y compartir con sus cuatro hermanos y cuatro hermanas un hogar improvisado.
Pero Aleema no se da por vencida, y seguirá formándose para que su sueño se haga realidad. Por eso, acude regularmente al centro de aprendizaje. Tras la COVID - 19 estos centros se han basado en el hogar, por lo que le es más fácil asistir con regularidad. Para afianzar conocimientos, en el centro se sirven de tablets: “el maestro nos está enseñando inglés, matemáticas y birmano con un nuevo método. Estamos aprendiendo digitalmente”, nos cuenta.
Aleema reconoce la diferencia de este sistema educativo con respecto a otras escuelas, y se muestra dichosa al tener la oportunidad de aprender de esta forma. “Me encanta el aprendizaje basado en
tablets. Puedo escribir y leer y puedo dibujar cualquier cosa, y es fácil de usar. También
puedo jugar a distintos tipos de juegos que me ayudan a aprender. En la otra escuela solía aprender usando bolígrafo, cuaderno y libros impresos. En la temporada de los monzones a menudo mis libros se destruyen. Ahora, la tableta digital es mi libro y mi cuaderno. No necesito preocuparme por libros o cuadernos impresos”.
Aleema se siente totalmente acogida en el centro de aprendizaje en el hogar de Educo al que acude.
“Estaba enfadada al pensar que no podía seguir con mis estudios, pero he podido y, además, de manera digital”. También ayuda a aquellos niños y niñas más pequeños o que no han alcanzado aún su mismo nivel. “Sé que estoy por delante de muchos niños que están aprendiendo tradicionalmente. Los profesores nos apoyan y ayudan, y no nos obligan a aprender. Son amables, me gusta ir al centro de aprendizaje todos los días”, reconoce.
Su habilidad con el inglés también ha mejorado mucho. Ahora sabe varias rimas en este idioma, y el nombre de los días, los colores y los animales. Igualmente, se defiendo mejor con las matemáticas. Su interés y motivación es reconocido por Meher Sultana, maestra nacional, “Aleema es una niña muy atenta y regular en nuestro centro de aprendizaje. Está aprendiendo muy rápido. Le encanta este nuevo sistema educativo y está
animando a sus amigos a unirse al centro de aprendizaje de Educo".
Combinar el aprendizaje con el juego
Como Aleema,
Nadira acude también puntualmente al centro de aprendizaje en el hogar centrado en los adolescentes de Educo. Estudia feliz y agradecida, pero el camino hasta aquí no ha sido fácil. A sus 13 años ha vivido situaciones muy difíciles. En 2017 tuvo que dejar Mongdu, en Myanmar, para viajar a Bangladesh y asentarse primero en Kutupalong, y finalmente en el Campamento de Cox´s Bazar. Vive junto a sus hermanos. Toda su familia, de ocho miembros, puede alimentarse gracias a la comida que se distribuye.
Aunque Nadira recuerda de forma recurrente sus días en su hogar natal, “lo pasaba muy bien en Myanmar. Yo era estudiante regular en mi tierra, y tenía muchos amigos. Echo mucho de menos mi escuela y mi casa de allí”,
ha sabido adaptarse bien a su nuevo entorno de aprendizaje: “aprender no era divertido hasta que comencé a aprender cosas diferentes combinando el aprendizaje con el juego”.
A pesar de sus gratos recuerdos, Nadira reconoce que en Bangladesh la escuela fue muy estresante para ella y sus amigos. En Cox’s Bazar, al unirse al centro de aprendizaje en el hogar basado en adolescentes, inició un proceso de educación muy distinto que la motiva especialmente. “Los métodos de enseñanza y aprendizaje son diferentes aquí. Estamos usando la tableta digital para aprender.
Nuestro centro de aprendizaje tiene métodos de enseñanza únicos. Primero, nos enseñaron cómo usar la
tablet y los auriculares, y cómo operar el
software F2B.Luego comenzamos a aprender del
software.
Aprender no era divertido hasta que comencé a aprender cosas diferentes jugando ". Nadira ha mejorado especialmente en inglés, y al igual que Aleema reconoce animales, colores y vehículos. E incluso se sabe cerca de cinco rimas en inglés que enseña paciente a sus hermanos.
Nadira aspira a ser maestra y guiar a niños y niñas pequeñas. "Quiero continuar mis estudios aquí y convertirme en maestra en el futuro. Aquí los maestros son muy hábiles y serviciales. Nunca me obligan a estudiar ni me regañan por no entender nada. Tuve dificultades para memorizar el nombre de los meses y las palabras difíciles, pero mis maestros me apoyaron siempre con cariño y paciencia".
En Educo llevamos 20 años realizando proyectos en Bangladesh, y desde 2017 trabajamos activamente en los campamentos de refugiados de Cox´s Bazar. Además de este proyecto enfocado en la educación de los adolescentes, desarrollamos proyectos de protección infantil con los niños y niñas y sus familias. Buscamos concienciar y evitar que sufran cualquier tipo de violencia, como la violencia de género o el matrimonio infantil.
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