Como todos los trabajos, en el del arte de educar, a veces, tenemos que hacer cosas que no nos gustan, nos dan más pereza o simplemente no nos divierten. Sin embargo, el trabajo de ser padre, el más difícil del mundo y para el que no existe formación, el trabajo duro tiene la mejor recompensa: niños felices y sanos de mente y espíritu, y, muy importante, niños independientes. Hoy, te daremos unos trucos para motivarte a enseñarles a recoger mientras jugáis. A ellos les encantará y a ti te vendrá de maravilla.
Ponerles límites, decir no, ser un buen modelo a seguir, y enseñarles a ser responsables es parte del trabajo duro pero necesario. Hoy te vamos a contar cómo hacer algo que, aunque a priori no parece divertido, te quitará un gran peso de encima mientras los más pequeños mejoran su autoestima y aprenden a ser más independientes: enseñarles a ser limpios y ordenados.
Tal y como te contamos en este artículo, “ayudar con las tareas en casa hace que el niño se sienta responsable, una virtud que se adquiere con la experiencia. Le ayuda además a aprender nuevas cosas, a expresarse y a sentirse parte importante del equipo familiar”. Recuerda que cuando nos referimos a tareas no estamos contemplando actividades como vestirse, cepillarse los dientes o hacer los deberes. Esas son responsabilidades aparte. Hablamos de encargos específicos que se hacen en casa cada día para el bien común.
Empieza temprano. Cuando antes empieces, mejor. Si les enseñas las lecciones básicas de limpieza y orden a una edad temprana, se convertirá en hábito. Y como todo, hay que establecer ciertas normas. Recuerda, sin dar órdenes o entrar en el terreno del chantaje, explícaselo de manera que lo entiendan.
Una buena regla es: “Antes de jugar con un juguete nuevo o pasar a otra actividad, hay que guardarlo todo”. O “al volver del cole o antes de cenar, tenemos que lavarnos las manos”. Reglas así son necesarias para que ellos los vayan integrando.
También es importante darles las gracias cada vez que lo hagan bien y sobre todo cuando no estés ahí recordándoselo. Elogia su comportamiento y responsabilidad siempre matizando lo que te ha parecido bien. “Muchas gracias por haberte encargado de recoger el cuarto de jugar. ¡Lo has hecho mejor que yo! Y en tan poco tiempo”. O: “cómo me gusta que llegues a casa y te laves las manos sin tener que recordártelo. Me encanta que te acuerdes y seas responsable”. Elogios de este tipo les hará sentirse útiles, bien y parte del equipo.
Si no has tenido la oportunidad de leer “Las 7 claves para criar niños más independientes”, te animamos a hacerlo ahora.
Hazlo divertido. Como todo en el arte de educar, hay que hacerlo divertido. Así que este próximo truco consiste en poner música y bailar mientras limpiáis y ordenáis la casa.
Educa con el ejemplo. De nada sirve enseñarles a disfrutar de las tareas o al menos a asumirlas si cada vez que nos toca lavar los platos o pasar la fregona o aspirador, ponemos mala cara y nos quejamos. Aunque solo sea para dar un buen ejemplo, intenta sonreír y ver el lado positivo. Saca el trapo de la cocina, sube el volumen y márcate unos divertidos pasos de baile.
Animarles con recompensas, no chantaje. Para que no tengas que repetir las cosas mil veces, ayúdate comprando una pizarra blanca, de esas que se pueden borrar y colócalo en el baño o en la cocina, en un lugar donde toda la familia lo pueda ver. Incluso puedes tener un calendario para lo que concierne a la higiene y otro para las tareas comunes. Cada vez que completen una casilla, ¡ganarán una estrella! Al final de la semana, dependiendo del número de estrellas, ofréceles una pequeña recompensa como elegir la peli de la semana o comer su postre favorito o… Una vez que los niños conviertan sus tareas y responsabilidades en hábito, ni siquiera hará falta premiarles.
Cada cosa tiene su lugar. Si les acostumbras a quitarse los zapatos, abrigos, guantes, paraguas en un rincón al lado de la puerta, se creará un hábito. Lo mismo va para sus mochilas, libros del cole, juguetes, ropa, etc. Si todos nos acostumbramos a poner cada cosa en su sitio, los encontraremos fácilmente y la casa se mantendrá en orden.
Un poco de desorden es bueno. Recuerda que, en ocasiones, hay que dejarles jugar en el desorden. No todo tiene que estar perfecto siempre. Eso si, una vez que terminen tendrán que recoger. Muchas veces necesitarán tu ayuda y sí, también te tocará recordárselo. Pero, ¿quién dijo que ser padre era fácil?
¿Te han gustado estos consejos? ¿Qué haces tu para enseñarles a recoger?
Derechos de Imágenes: Storebukkebruse, David D
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