¿Sabías que España es el quinto país con más divorcios de la Unión Europea? Según datos publicados en CUV3, en nuestro país se separan alrededor de 60 matrimonios cada 100 bodas. Ahora bien, ¿qué sienten los niños cuando sus padres se separan? ¿qué tanto les afecta el divorcio de sus progenitores?
Hoy, en Educo, hablamos sobre los hijos de la separación, sus sentimientos y cómo ayudarles a afrontar su duelo. Sí, su duelo, porque los niños que viven un divorcio inician un proceso de duelo donde deben ser contenidos y estar acompañados.
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Un divorcio no afecta de la misma manera a un bebé que a un niño o a un adolescente. En el caso de los bebés pequeños, probablemente perciban la situación pero no la padezcan tanto debido a la díada simbiótica mamá-bebé. Es decir, que al estar el bebé aún muy centrado en su madre, quizá no extrañe tanto a su padre. Sin embargo, si la madre se encuentra triste y angustiada, justamente por esa simbiosis el bebé evidenciará los mismos estados de ánimo.
Quizás la peor edad para afrontar la separación de los progenitores sea entre los 5 y los 11 o 12 años. Durante estos años, los niños son muy dependientes de sus padres y cualquier cambio en la dinámica familiar será un desestabilizador para su vida. En cambio, durante la adolescencia, el foco central de la vida del niño se desplaza hacia el círculo de amigos, siendo así más fácil que el joven sobrelleve el duelo.
De cualquier manera, más allá de la separación en sí, será la relación entre los padres la que afecte en mayor o menor medida a los pequeños. No es lo mismo una pareja separada que mantiene relaciones cordiales que unos padres que no pueden verse sin discutir o que, incluso, hablan mal el uno del otro.
Para los niños (e incluso a veces para los adolescentes), la separación de los padres supone un tremendo shock que dispara en ellos emociones descontroladas y angustia. Muchos niños llegan a pensar que ellos mismos son los culpables del divorcio. No es extraño escuchar a un pequeño preguntar si papá y mamá se han separado porque él ha sido "malo".
Más allá de eso, algunos niños padecen en carne propia los cambios del divorcio a través de una mudanza, un cambio de colegio o la pérdida de amigos.
Veamos las repercusiones más habituales según la edad:
Como ya hemos mencionado, los cambios se centran en los estados de ánimo: el niño replica las emociones del progetinor con quien vive (por lo general, la madre). Es importante que a pesar de no comprender la situación, el pequeño no se sienta abandonado por el progenitor que ha abandonado el hogar.
En estas edades, los golpes emocionales pueden acarrear retrocesos momentáneos de la evolución del pequeño, como volver a hacerse pis encima, pedir el chupete, querer usar el pañal, hablar como un bebé, entre otras cosas. Suelen aparecer pesadillas y el niño puede llegar a sentirse abandonado.
Durante esta etapa del desarrollo es más probable que los niños se crean culpables de la separación. Debemos tener en mente que es el momento del desarrollo cognitivo mágico y los niños tienden a imaginar historias, entre ellas alguna que explique a su modo de ver la ruptura de sus padres.
Es posible que intenten reunir a sus padres a través de tácticas manipulativas o de rechazo o rencor hacia alguno de ellos o hacia los dos.
La comprensión ha aumentado a esta edad, motivo por el cual los niños son capaces de entender la separación aunque probablemente en su fuero interno fantaseen con la reconciliación. En esta etapa, la mayoría de los niños exterioriza su frustración por la separación a través de:
El adolescente se siente un adulto y como tal, puede llegar a intentar mediar entre sus padres e incluso, intentar protegerlos. Es posible que se evidencie un aumento de la rebeldía típica de la "edad del pavo", así como también una cierta tendencia a conductas de riesgo, como el alcoholismo, las drogas u otro tipo de adicciones.
La depresión, baja autoestima, conductas de bullying, apatía y escepticismo también pueden darse a esta edad.
Es necesario remarcar que algunos niños se niegan a expresar sus sentimientos sobre la situación y por el contrario, se encierran en sí mismos, intentando simular que se encuentran bien y la situación no les afecta. Estos pequeños viven el duelo de una manera extremadamente dolorosa y difícil de sobrellevar.
Si piensas separarte, toma nota de nuestros consejos para ayudar a tus hijos a sobrellevar su duelo por la ruptura de su familia:
Un divorcio es difícil para los padres y aún más complicado para los hijos. Acompaña a tus pequeños durante todo el proceso e intenta que el mismo sea lo más civilizado posible para que tus hijos no se vean aún más afectados. ¡Es difícil pero no imposible! El amor de pareja se ha acabado pero el amor de familia debe ser más fuerte que todo lo demás, no lo olvides.
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Excelente , para edades pequeñas recomiendo un libro interesante. Vivo en dos casas.