Juntos por África: por el derecho a vivir libres de violencia

“No podemos permitir que mueran niños y niñas a causa de los conflictos armados ni tampoco que vivan expuestos constantemente a la violencia. No es solo que su derecho a la protección esté siendo vulnerado, también lo está su derecho a la educación, ya que, a causa del conflicto, los niños y las niñas no pueden ir a la escuela ni seguir con su formación”. Son palabras de Edouard Ndeye, director de Educo en la región africana del Sahel.

Desde 2012 Malí se enfrenta a una crisis multidimensional con la región de Mopti como epicentro y con las consiguientes consecuencias para las poblaciones más vulnerables, especialmente las mujeres y los niños. La inseguridad en Mopti se caracteriza por el aumento de la criminalidad, la proliferación de grupos armados y milicias y las tensiones violentas entre y dentro de las comunidades. Además, hay limitaciones en el acceso a ciertas localidades debido al mal estado de las carreteras, lo cual empeora la situación en las comunidades alejadas de las grandes ciudades.

Incluso antes de la pandemia, más de 595 escuelas de la región tuvieron que cerrar sus puertas por culpa del conflicto. Sin escuelas, que sirven de auténticos refugios para los niños y las niñas, aumentaron los riesgos de explotación a la infancia por parte de los grupos armados y empeoraron los datos de violencia por lesiones, agresiones, insultos y humillaciones y muchos niños fueron secuestrados, reclutados como combatientes, mutilados y asesinados.

En el caso de las niñas, aproximadamente la mitad de ellas son casadas antes de los 18 años y el 76% de las menores de 14 años han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina. Según el Sistema de Gestión de la Información sobre la Violencia de Género, más de la mitad de todos los casos denunciados de violencia de género en 2019 se produjeron contra niñas menores de 18 años, una violencia sexual que en la mayoría de las ocasiones no se denuncia.

Si ya el panorama era grave, la pandemia mundial y las restricciones impuestas para evitar la propagación del coronavirus la empeoraron. El riesgo de violencia y abuso contra los niños ha aumentado con la crisis sanitaria y ha dificultado todavía más la capacidad de las familias y las comunidades para cuidar adecuadamente de sus hijos. 

Ante esta situación, la alianza Joining Forces –formada por Plan International, Terre des Hommes, World Vision, Aldeas Infantiles SOS, Save the Children y ChildFund International, de la que Educo forma parte– nos hemos puesto en marcha con el apoyo financiero de la Unión Europea para atender a la población más vulnerable de cinco países africanos: Etiopía, Kenia, Malí, Senegal y Uganda.

Un total de 718.258 niños y niñas de estos cinco países participarán durante tres años en las múltiples actividades del proyecto Joining Forces for Africa (JOFA) - Proteger a los niños durante la crisis de la COVID-19 y más allá. En Malí, concretamente, Educo y Plan Internacional trabajaremos con un total de 220.317 niños y niñas de las regiones de Bamako, Segou, Mopti y Bagiangara con el objetivo general de alejar a niños, niñas y adolescentes de la violencia, el abuso, la explotación y el abandono mediante actividades destinadas básicamente a:

• Fortalecer los sistemas nacionales y locales que se encargan de prevenir y dar respuesta a situaciones de violencia contra la infancia.
• Mejorar la protección de los niños y las niñas en sus hogares, comunidades y escuelas mediante la formación a los adultos sobre buen trato hacia la infancia y sobre la mejor forma de prevenir contagios.
• Aumentar la participación de la infancia en el diseño de iniciativas y campañas para prevenir y responder ante la violencia. 
• Aumentar el aprendizaje y el intercambio de conocimientos y buenas prácticas relacionadas con la protección de la infancia durante la pandemia y en la posterior fase de recuperación.

África , coronavirus , COVID-19 , Joining Forces , Malí , protección , Protección infantil