¿Te has fijado en cuánto tiempo logras mantener la atención en una tarea? Ese tiempo depende mucho del grado de desarrollo de nuestro cerebro e influye en nuestra capacidad de aprender. Según diversos estudios la capacidad de los alumnos y alumnas de mantener la atención varía, de media, entre 10 y 20 minutos. Esto afecta a la forma en la que se distribuyen los tiempos durante la clase y hace aconsejable que se hagan bloques de 15 minutos máximo. En este artículo vamos a analizar cómo funciona la curva del aprendizaje en niños y niñas.
En Educo apostamos por una educación de calidad en la que la curva de aprendizaje facilite un conocimiento profundo y duradero.
Aprender cualquier cosa lleva tiempo y cuanto más compleja es, más tiempo requiere. En este contexto se habla de curva de aprendizaje que es la relación entre lo que se aprende y el tiempo que se requiere para hacerlo.
Entender que lograr entender algo y aplicarlo requiere de un tiempo reduce o elimina la frustración porque vemos que se trata de un proceso que va por etapas.
Existen diversos factores que afectan al tiempo que los niños y niñas tardan en aprender algo. Los más relevantes son los siguientes:
Cuando los pequeños aprenden cosas relacionadas con emociones positivas, el tiempo de aprendizaje se reduce. Por eso es importante incorporar los juegos en el aula. Se consigue que se diviertan y asocien la alegría a ese conocimiento que han adquirido.
Esto permitirá distribuir las materias de forma más adecuada a lo largo del día escolar. Por ejemplo, en las horas de mayor atención se pueden dar clases de física o matemáticas.
Ya hemos visto como la atención de los niños y niñas suele durar entre 15 y 20 minutos, por lo que es aconsejable hacer bloques de tiempo en clase y parar cada cierto tiempo para no agotar a los alumnos y alumnas.
Los niños y niñas no deben ser meros receptores del aprendizaje, sino que es importante que colaboren en su proceso de aprender para que la enseñanza sea bidireccional e interactiva.
Si los niños y niñas eligen qué aprender, es probable que tarden menos porque les gustará lo que están haciendo. Habrá materias que les gusten menos y tendrán que hacer un esfuerzo también.
La curva del aprendizaje no solo depende de los factores innatos en los niños y niñas sino de cómo les ayudemos como padres y madres a aprender a aprender de forma más efectiva. En casa también podemos ponernos en acción y ayudarles. Te damos varias ideas:
La curiosidad es la gasolina del aprendizaje. Cuando los niños y niñas sienten interés algo lo investigarán y preguntarán. Plantéales retos para fomentar su curiosidad y pregúntales para que te cuenten lo que opinan o lo que han descubierto.
Como padres sabemos que cada niño o niña son un mundo y es importante que sepamos adaptarnos al ritmo de aprendizaje de cada uno, así como a las actividades que más les gustan. Puede que un niño o niña necesite algo más de apoyo en un momento determinado o que otro u otra requiera un mayor estímulo para ir más allá.
En lugar de enseñarles las matemáticas con simples cálculos, puede ser una buena idea hacer la compra semanal de la familia con ellos y que vean qué significa tener un presupuesto, cómo se puede distribuir, cómo elegir las cosas en función de la calidad/precio.
El aprendizaje no está solo en los libros está ahí fuera en todas partes. Si vas a una playa u otro entorno natural con tus hijos e hijas pueden aprender sobre la importancia de proteger los ecosistemas. Si hacéis una excursión a un museo pueden aprender de ciencias, pintura, literatura y muchas más materias.
Los niños y niñas tienen que ver que reconoces sus avances a medida que aprenden por lo que es fundamental que los reconozcas para fortalecer su autoestima y su confianza. Puedes recompensarles con su comida favorita con una tarde de cien o con un dulce que les guste.
El proceso de aprendizaje no siempre es lineal porque los niños y niñas se pueden desmotivar si ven que no avanzan o no entienden algo. Esto les puede generar frustración y en ese momento también es importante el apoyo de padres, madres y tutores de diversas formas.
Ayúdales a reconocer sus emociones. Es importante que sepan poner nombre a lo que sienten (rabia, pena, enfado) para gestionar la frustración.
Refuerza una mentalidad de crecimiento. Háblales de la importancia del esfuerzo a lo largo de la vida y dales ejemplos de personas que puedan ser sus referentes y que han logrado objetivos gracias a su esfuerzo. También es fundamental que no vean los errores como algo malo, sino como una oportunidad para aprender.
Ofrece apoyo, pero no soluciones inmediatas. Es importante que hagan ese camino de autoconocimiento y descubrimiento para aprender, por ello los padres y madres podemos apoyarles y ayudarles a que se enfoque, pero dejándoles autonomía para que confíen en sí mismos.
Es evidente que la curva del aprendizaje en niños y niñas es un proceso lleno de retos y oportunidades. Es fundamental comprender cómo funciona y qué factores influyen en ella para que los docentes y las familias puedan apoyar de manera efectiva a los pequeños en su camino de aprendizaje.
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