Cuando estalla un conflicto armado o se desata un desastre natural como un tsunami, un terremoto o una inundación, el mundo se paraliza, especialmente el mundo de los más pequeños que, sin entender nada y de la noche a la mañana, ven como su pequeño universo se desmorona.
Y es que para un niño o niña ir a la escuela supone mucho más que aprender, además de que es su derecho. Supone seguir alimentándose en condiciones, tener atención médica y acceso a servicios sanitarios, así como al agua potable y pasar su tiempo jugando, compartiendo con sus amigos en un espacio protector que los aleja de la trata y el trabajo en un contexto de caos y confusión en el que estas amenazas son más acuciantes.
Así que, tras un tiempo para la reconstrucción, lo más importante es que la educación no pare, no se detenga. En estos contextos, la escuela puede tomar muchas formas, desde clases en aulas temporales hasta educación a distancia. Pero no puede parar.
Adaptar la educación en una situación de crisis requiere de varios aspectos importantes y de varios factores para tener en cuenta, como por ejemplo:
1. Que los docentes estén formados con las herramientas y los recursos necesarios para que puedan enseñar incluso en contextos difíciles. El profesorado es uno de los apoyos más importantes para los niños y las niñas que han perdido sus a sus familias. Además, es importante que sepan dar apoyo en temas de salud mental ya que muchos de estos niños han vivido situaciones traumáticas y no pueden seguir las clases con notmalidad.
2. En las crisis hay grandes movimientos de personas que huyen y se deplazan y muchas veces las aulas de acogida están saturadas, se mezclan niños y niñas de diversas edades, niveles educativos e incluso lenguas.
3. A veces la formación por internet es complicada ya que hay muchos cortes de luz.
4. La formación en valores, en gestión de conflictos y diferencias, puede proteger a la infancia de las luchas de los adultos, y puede ser una semilla para la paz y la reconciliación.
Por eso necesitamos tu apoyo para que los niños y las niñas puedan seguir yendo a la escuela. Pedimos al Gobierno que aumente su financiación para educación en emergencias:
Que incrementen los fondos destinados a la educación en emergencias hasta llegar a un 10% de la ayuda humanitaria.
Que aumenten la partida para educación alcanzando como mínimo un 8% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
Desde Educo seguiremos trabajando para garantizar que la educación siga siendo una prioridad, incluso en los momentos más difíciles.
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