Ahora Ingrid es una adolescente activa, comunicativa y jovial a la que le encanta estar con gente y compartir. Pero no siempre ha sido así. Ella misma nos cuenta cómo era con tan solo ocho añitos cuando nos conoció: “Recuerdo que el primer proyecto de Educo en el que participé fue el de niñas y niños comunicadores. Me cambió completamente. Yo era una niña muy tímida, que cuando llegaban visitas a mi casa hasta salía corriendo para no saludar, ni platicar, porque me daba temor hablar, pero con el proyecto nos enseñaron muchas cosas y hasta fue de mucha ayuda en mis clases”.
Ingrid ya está en cuarto de secundaria y a lo largo de estos años ha participado activamente en todos los proyectos que llevamos a cabo en las comunidades de Datanlí o Jinotega, en Nicaragua. En su familia ella es la tercera hermana de cuatro y tiene la suerte de que sus padres siempre la han apoyado en sus estudios y la han motivado a seguir educándose en las diferentes actividades que se promueven en Educo. Ahora forma parte del proyecto Niños y niñas resiliente ante la violencia donde junto con otros adolescentes lideran acciones para proteger a los más pequeños de su pueblo.
Su intención es clara: terminar sus estudios de secundaria y licenciarse en administración de empresas porque sabe que eso le permitirá adquirir conocimientos para emprender: “Quiero tener mi propio negocio, para poder dar empleo a otras mujeres. Las mujeres tenemos que luchar por nuestros sueños, para que podamos avanzar y tener esa fuente de ingresos. Motivarnos a nosotras mismas y convencernos que somos capaces de muchas cosas”.
Ingrid reconoce que la educación ha sido una herramienta clave para su desarrollo y gracias a ella ha logrado tantas cosas, como motivar a otras niñas y niños a que se sumen a los proyectos para que aprendan sobre sus derechos, para que promuevan acciones en su comunidad, para que compartan lo que piensan y lo que sienten: “He visto muchos cambios en mí, que también puedo ver en mi familia, porque mis padres nos escuchan a mis hermanas y a mí, tomamos decisiones en conjunto, nos consultan qué queremos hacer y también nosotras nos sentimos bien expresando lo que sentimos”, afirma Ingrid.
Ella sigue siendo parte de nuestros proyectos y tiene claro que quiere continuar siéndolo porque siente el compromiso de ayudar a las niñas y niños de su comunidad para que puedan cambiar sus vidas, así como ella cambió la suya: “Deben de seguir estudiando porque la educación es todo, la educación abre puertas y sobre todo a las niñas nos da mejores oportunidades para nuestro presente y para nuestro futuro”, asegura la joven.
8M , Derechos de la mujer , educación , mujer , Nicaragua , participación
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