La educación salva vidas en Mali

"Hemos vivido días muy difíciles, pero gracias a oenegés como Educo, estamos consiguiendo aguantar. En nuestro pueblo vivíamos pacíficamente, pero por miedo a represalias de los terroristas tuvimos que irnos”, nos cuenta la pequeña Oumou de 14 años. Ella y su familia tuvieron que huir de su pueblo natal antes de que los grupos armados del norte de Malí atacaran su aldea. 

Muchas familias campesinas como la suya tuvieron que correr con sus escasas o nulas pertinencias, ya que vivían en condiciones de pobreza, hasta las grandes ciudades. Así fue como ella y su familia acabaron en la ciudad de Bankass, en la región maliense de Bandiagara. 

Allí los acogimos gracias al programa Education can’t wait (La educación no puede esperar) que llevamos a cabo en el centro de Mali para apoyar los esfuerzos del gobierno maliense en hacer frente a la creciente demanda de ayuda humanitaria. El programa quiere mejorar el acceso de niñas, niños y adolescentes vulnerables de entre 3 y 18 años a una educación de calidad que cumpla las normas de seguridad, sanidad, organización y enseñanza en las zonas (círculos) de Mopti, Bandiagara, Douentza, Bankass y Koro. 

El programa tiene en cuenta las necesidades específicas de cada niño, y en especial, de las niñas, así como el bienestar de los pequeños en el entorno de aprendizaje. Por ello, se han creado varios espacios adaptados a ellos para reforzar la protección de los desplazados internos y de los niños y niñas de las comunidades de acogida. Además, cada año distribuimos miles de kits escolares y rehabilitamos aulas y letrinas. También incluimos la transferencia de efectivo para familias muy vulnerables que permite a cientos de hogares recibir anualmente la cantidad de 38 euros para sufragar los gastos de escolarización de sus hijos e hijas. 

Espacios amigos de la infancia 

"Desde 2021 estamos en Bankass y hemos superado muchas dificultades, pero siempre he tenido problemas para poder comprar el material escolar. Además, solía asustarme al menor ruido. Tenía pesadillas y temía salir para no toparme con los bandidos armados", cuenta la joven que estaba traumatizada por la situación que había tenido que vivir tan joven. Y es que la crisis de seguridad que vive Mali desde hace años ha exacerbado la violencia contra los niños y niñas, que siguen siendo objeto de ataques de los terroristas.   

"Se acabaron nuestras preocupaciones para seguir en la escuela. Educo me entregó un kit escolar que me permite seguir las clases y aprovechar al máximo el Espacio amigo de la infancia que puso a nuestra disposición para que pudiéramos disfrutar de muchos juegos y olvidar los días difíciles que tuvimos que vivir", cuenta Oumou.  

Con la creación de estos espacios adaptados a la infancia, logramos no solo integrar a los más pequeños y adolescentes gracias a su participación en actividades psicosociales y de aprendizaje, sino que también conseguimos concienciar y movilizar a las comunidades de acogida para que protejan a los niños y niñas más vulnerables.    

El derecho a existir 

Otra de nuestras acciones ha sido la petición de alto nivel a los tribunales para que agilicen y expidan de forma gratuita los documentos de registro civil y las partidas de nacimiento de los niños y niñas desplazados internos a causa de la violencia. Porque a estos niños y niñas, además de haber tenido que huir de sus hogares, se les roba el primero de sus derechos fundamentales: tener una identidad, debido a problemas burocráticos relacionados con las distintas jurisdicciones territoriales, que convierten el trámite en un auténtico quebradero de cabeza. Nuestra petición movilizó a varios ministerios y dio lugar a compromisos por parte de responsables políticos y jueces. 

Los conflictos armados no pueden hacer olvidar el derecho a la educación de los niños y las niñas. Por eso, en la medida de lo posible y cuando la situación lo permita, es importante que estos niños y niñas puedan seguir aprendiendo. Si no lo hacen está en juego el presente y el futuro del país. Desde Educo seguiremos trabajando para garantizar que la educación siga siendo una prioridad, incluso en los momentos más inciertos.   

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