La escuela está un paso más cerca

La crianza de un niño o niña tiene momentos muy divertidos y gratificantes, pero estaremos de acuerdo en que hay otros que la palabra que los define seria estresantes. Todo padre o madre que esté leyendo esto pensará en las mañanas antes de ir al cole, cuando parece todo un reto conseguir que tus hijos se vistan y llegar a la puerta del cole a tiempo. 

Ahora imagínate que para llegar al cole tienes que recorrer cada día 10 kilómetros a pie. Esa es la realidad a la que se enfrentan muchos niños y niñas de Burkina Faso que han tenido que huir con sus familias de la zona norte donde hay conflicto armado.  

Eso sí tiene mérito. Lograr permanecer en la escuela en estas condiciones es todo un logro, tanto para los niños y niñas a los que el cansancio no les hace tirar la toalla como para sus familias. 

Un paso más cerca de la escuela 

Conscientes de esta realidad, y para intentar acercar la escuela a los hogares de estos niños, hemos entrgado bicicletas para casi 600 niños y niñas que se encuentran en esta situación. Una de las jóvenes que han recibido la bicicleta nos contaba lo feliz que se siente con este regalo: “Antes caminaba más de 5 kilómetros para ir a la escuela, pero ahora que tengo una bici llegaré cada día puntual". 

La madre de la joven nos mostraba su sensación de alivio y tranquilidad: "Mi hija se levantaba muy temprano, antes del amanecer, para ir a la escuela y esto nos preocupaba mucho. Se enfrentaba a muchos riesgos en el camino porque todavía era de noche y el país es muy inestable. Pero ahora, gracias a la bici que ha recibido, sé que todo cambiará porque podrá salir de casa cuando ya sea de día. Podrá llegar rápido a la escuela y menos cansada", dice con el rostro iluminado mientras su hija promete trabajar duro para aprobar su certificado de estudio en junio 2025. 

La educación no puede esperar 

Esta actividad es parte de un proyecto global que llevamos a cabo junto con el fondo global de mil millones de dólares para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas dentro de las Naciones Unidas, llamado La Educación no puede esperar (ECW por sus siglas en inglés).   

Lo que busca es dar una respuesta educativa para proteger a los niños y niñas afectados por la crisis de seguridad que vive Burkina Faso desde hace años y que obliga a miles de familias a abandonarlo todo en busca de un lugar donde puedan vivir en paz.  

Hace tres años que empezamos y seguimos trabajando para garantizar los derechos de los niños y niñas desplazados, especialmente el derecho a recibir un educación de calidad y su protección. Gracias al proyecto, hemos conseguido: 

• Financiar la educación de casi 1.800 niños y niñas.

• Entregar 925 bicicletas.

• Distribuir 19.600 kits escolares, que incluyen mochilas, cuadernos y bolígrafos, entre otras cosas. 

• Costear la matrícula de 50 niños en centros de formación profesional  

• Ayudar con las tasas de los exámenes escolares para más de 1.800 niños y niñas. 

• Construir 18 aulas. 

Estamos convencidos no solo de que la educación es necesaria, sino también de que la educación en urgente. Por eso, ante cualquier emergencia y necesidad de ayuda humanitaria, ha de ser prioritaria e incluso el foco principal en el que pivote el resto. Al fin y al cabo, educar no es solo enseñar sumas, gramática o naturales en una pizarra rodeada de pupitres. Educar es mucho más. 

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