Doña Ana tiene 30 años y tres hijos, dos niños y una niña. Todos ellos viven en Tululche, en el municipio de Chiché, en Guatemala. Debido a la contaminación, las malas condiciones higiénicas y los pocos recursos, aquí la población tiene que hervir el agua que saca de los pozos o va a buscar al río antes de consumirla. No obstante, esta agua continúa contaminada por bacterias, insectos y larvas que no desaparecen, aunque se hierva.
El consumo de agua en buen estado es una de las condiciones indispensables para recibir una buena alimentación. La familia de Ana ya puede hacerlo gracias a la instalación de un filtro de agua en su hogar. “Ahora ya no es necesario hervir el agua. Únicamente lleno el filtro de agua y espero a que filtre para poder consumirla.
Mis hijos se ven felices, pueden tener agua de una manera fácil. Lo usamos todos los días y nos es de mucha ayuda para preparar la comida, incluso cuando los niños juegan y se cansan, entran a la cocina y, con mucha facilidad, llenan su vaso de agua limpia, sana y purificada y se la beben”, explica satisfecha.
En la comunidad de Sibaca,
en Santa Cruz del Quiché, vive doña Gabina con sus dos hijos, uno de 15 años y el otro de cinco. Ella es una mujer con ganas de sacar adelante a su familia y se ha convertido en promotora del grupo de mujeres de su comunidad. Satisfecha nos cuenta cómo ha cambiado su vida con la instalación de una cocina de estufa. Antes cocinaba a fogón abierto y el aire en su vivienda se volvía irrespirable a causa de la acumulación de humo en el momento de preparar e ingerir sus alimentos. “La cocina se mantenía con mucho polvo y las paredes se veían muy mal. ¡Qué diferente es ver mi cocina ahora!”, exclama.
Hogares saludables
En los municipios guatemaltecos de Chiché y Santa Cruz del Quiché,
la pobreza y la mala calidad de la alimentación afectan gravemente a la nutrición de la población, en especial de los niños. Para transformar esta situación formamos a familias como las de doña Ana y doña Gabina para que mejoren la producción de la tierra y, así, sus hábitos alimentarios, además de obtener algunos ingresos con la comercialización de los excedentes. Todo ello de forma respetuosa con el medio ambiente.
Entre las iniciativas que desarrollamos junto a la ONG local CUCG figuran la creación de huertos familiares, la instalación de corrales de cerdos, la instalación de filtros en las aguas de regadío y en el agua que se usa para consumo humano y la realización de obras de mejora en las cocinas domésticas.
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