Siempre va bien hacer un alto en el camino para parar y reflexionar, coger fuerzas y mejorar nuestras prácticas educativas. Y eso es lo que hemos hecho 33 entidades que trabajamos con infancia vulnerable durante tres jornadas durante los meses de febrero y marzo. El motivo ha sido la realización del
seminario Promoción de los derechos de la infancia en situación de vulnerabilidad organizado por Educo con la colaboración del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y con la participación de entidades sociales que conforman #LaInfanciaEnElCentro a nivel estatal.
El seminario ha tenido como objetivo general promover los derechos de la infancia mediante el fortalecimiento de las capacidades de profesionales vinculados al trabajo con niños, niñas y adolescentes. En esta ocasión, hemos profundizado en la importancia del
derecho a la participación para promover la autonomía y protección de la infancia, especialmente en contextos de vulnerabilidad.
Para el desarrollo de las sesiones hemos contado con Antonio Moreno del
Colectivo de Educación para la Participación CRAC, especialista en el desarrollo de procesos de participación social.
Más de 130 personas de equipos educativos, técnicos y directivos hemos reflexionado, a través de una metodología participativa, sobre la importancia de abrir espacios de diálogo y toma de decisiones con los niños, niñas y adolescentes.
El formato online de las jornadas ha permitido la participación de muchas más personas de una misma entidad y ha provocado un impacto importante dentro de las organizaciones. Pese a la distancia, para bastantes participantes ha supuesto un
descubrimiento de las herramientas digitales que han facilitado el trabajo en grupo y el encuentro en plenario. Las pizarras digitales colaborativas han permitido construir de forma colectiva y compartir los aprendizajes y reflexiones de forma dinámica.
Entre las principales conclusiones destaca que
somos las personas adultas las que ponemos límites a la participación infantil con los condicionantes que imponemos desde nuestra cultura organizacional. Para mejorar nuestras prácticas son imprescindibles las herramientas, pero, sobre todo, profundizar en nuestras estrategias para desarrollar una educación para y con participación. Esto quiere decir que hay que promover el aprendizaje y la experiencia a través de:
- La realización de actividades de diagnóstico con niños y niñas para conocer la realidad que les afecta y valorarla con actitud crítica.
- El trabajo con otras personas para la toma de decisiones, la adquisición de habilidades sociales a través de la comunicación no violenta y el manejo positivo de emociones.
- La organización en el reparto de tareas y la adopción de compromisos para llevar a cabo acciones de transformación del entorno.
- La comunicación de las ideas de los niños y las niñas a la comunidad y a la sociedad en general.
Con esta lógica, niños, niñas y adolescentes adquieren la
autonomía y el empoderamiento imprescindibles para que sean protagonistas de su propia protección. En definitiva, que tanto personas adultas como niños, niñas y adolescentes queramos, sepamos y podamos participar, tanto a nivel individual como grupal y comunitario.
Desde Educo, así como el resto de las
entidades que conformamos #LaInfanciaEnElCentro, hemos tomado buena nota de las cuestiones planteadas para mejorar nuestros procesos de participación infantil.
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