“Los niños y las niñas pueden lograr todo lo que se propongan, si los escuchamos y acompañamos”

Otoniel escogió la carrera de ciencias sociales porque desde que era muy pequeño sabía que quería contribuir con su comunidad desde la educación, compartiendo el conocimiento con otros niños y niñas y motivarles para que siguieran estudiando y así alcanzaran sus sueños. Hoy, además, es uno de los guardianes o protectores de los niños y niñas de su comunidad, Asturias, en Nicaragua. 

Forma parte del proyecto Embajadores de la protección, un grupo de jóvenes que realizan diferentes iniciativas para crear espacios seguros donde los niños y las niñas puedan crecer libremente: “Una de las razones que me motivó a formar parte de este proyecto de Educo es porque hoy en día los niños sufren mucha violencia en la escuela, en la comunidad o en las calles y puede ser que como joven alguna vez hayamos tenido que enfrentar estas situaciones sin el apoyo y protección de los adultos. Esta es la razón que me motiva a ayudar a los niños y niñas más pequeños”, afirma Otoniel. 

Desde que entró a formar parte del proyecto, Otoniel se ha formado en varias temáticas y ha aprendido la importancia de escuchar a la infancia, conocer cómo se sienten y lo que están pasando, así como a gestionar las emociones y insistir en que se creen espacios de socialización con la familia: “Algo que me ha quedado marcado es que primero debemos escucharnos a nosotros mismos y saber controlarnos ante las diferentes situaciones a las que podamos enfrentarnos”, expresa el joven. 

“Ser parte de este proyecto nos está motivando a que nos preocupemos por nuestra comunidad, pero sobre todo a que nos enfoquemos en las niñas y niños que necesitan de nuestro apoyo y protección. Pero para lograr estos espacios seguros es importante estar juntos, que se involucren todos, porque es responsabilidad de todos”.  
 

Otoniel, el segundo por la derecha, en uno de los encuentros con los jóvenes del proyecto.

Otoniel nos cuenta que tiene muchos planes, pero uno de los principales es trabajar para que las niñas y los niños se sientan bien. Gracias a participar en este proyecto ha aprendido a identificar los tipos de violencia, que antes no conocía y que le podían parecer prácticas normales. Hoy es consciente de que muchas prácticas o formas de actuar son conductas a evitar ya que violentan de manera muy clara los derechos de los niños y las niñas.

“He puesto en práctica el ayudar a aquellas personas que lo necesitan, escuchar atentamente todo lo que me comparten sobre las situaciones a las que se enfrentan. Como embajadores de la protección nuestro trabajo consiste en que la gente conozca que estamos en la comunidad, que juntos vamos a trabajar por los niños y niñas y que ellos son capaces de lograr lo que se propongan, pero debemos apoyarles y cuidarles”, afirma Otoniel. 

El joven quiere terminar la carrera que ya ha empezado y sacarse otras. Cada sábado viaja hasta la ciudad de Jinotega donde estudia todo el día y por la tarde vuelve hasta Asturias, su pueblo natal, donde los días de entre semana se involucra como el que más en los diferentes procesos del proyecto que le están permitiendo empoderarse y educarse en temas de protección de la infancia.  

Otoniel está entusiasmado con el hecho de poder poner en práctica los conocimientos que adquiere en su estudios: “Con mi carrera estoy viendo aspectos de psicología que me ayuda a ponerlo en práctica en las sesiones de aprendizaje que estamos teniendo y sé que voy a poder apoyar a las niñas y niños para que confíen en los embajadores de la protección y también en que voy a poder motivar a los adultos a que se sumen a las iniciativas que propongamos”.  

Nicaragua es un país joven, en el que un 60% de la población son niñas, niños y adolescentes. Esto supone un gran reto para el país en temas de educación, protección y participación de la infancia y los jóvenes en todos los temas que les afectan. Por eso es tan importante formar a los más pequeños para que sean conscientes de todo su potencial y cómo al formarse ellos, su comunidad prospera.  

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