Durante las últimas décadas muchos países han hecho un gran esfuerzo por reducir la
mortalidad infantil. Muchos niños mueren en el mundo por causas evitables, como falta de agua potable, mala alimentación o enfermedades que tienen cura o incluso vacuna. El sarampión o el tétanos son algunas de las enfermedades cuya vacunación masiva podría evitar un gran número de muertes.
Alrededor de 29.000 niños mueren cada día en el mundo por causas que podrían evitarse. Paludismo, diarreas, neumonía, partos prematuros o falta de oxígeno al nacer son las causas del 70% de todos los niños y niñas menores de cinco años que mueren anualmente en nuestro planeta. La mayor parte de estas muertes se producen en países en desarrollo. Un niño de Etiopía tiene 30 veces más probabilidades de morir al cumplir cinco años que un niño de Europa occidental.
Entre las muertes infantiles, en Asia meridional y central se producen las mayores cifras de muertes neonatales, mientras que en África subsahariana se registran las tasas más elevadas.
Dos terceras partes de las muertes infantiles ocurren en solamente 10 países.
Hay menos muertes, pero aún son demasiadas
La falta de agua potable y de saneamientos y por supuesto la desnutrición contribuyen a la mitad de todas estas muertes infantiles.
Reducir la mortalidad infantil es uno de los objetivos del programa Millenium Development Goal 4 (MDG4), impulsado por la Organización de Naciones Unidas y que pretende entre otras cosas reducir en dos tercios estas muertes.
Según un estudio publicado en
The Lancet, poco a poco caminamos hacia este objetivo. Las muertes infantiles se han reducido en un 64% desde 1970. Los investigadores estiman que en 2013 murieron 6.3 millones de niños en todo el mundo, frente a los 17.6 millones que murieron aquel año. La mortalidad infantil se ha reducido mucho más rápido a partir del año 2000, especialmente en el África Subsahariana, una de las zonas más afectadas.
Desde 1990, casi 2000 millones de personas han ganado acceso a una mejora de los saneamientos y 2300 millones tienen agua potable de mejores fuente. 1600 millones tienen acceso a agua corriente en sus casas, según un informe de
OMS-UNICEF. Además,
según datos de la ONU la mortalidad materna se ha reducido en un 45% en los últimos 24 años.
Aún queda mucho por hacer
Sólo 27 países en desarrollo esperan alcanzar los Objetivos del Milenio y la crisis está empezando a afectar incluso a la nutrición de niños de países desarrollados como el nuestro.
Se calcula que uno de cada cuatro niños españoles padece de malnutrición.
El programa de
Becas Comedor Educo intenta paliar un poco esta nueva situación, financiando un mínimo del 50% del importe de los comedores escolares. Durante el curso escolar las aportaciones van a las escuelas y durante el periodo vacacional de verano el importe se destina a actividades extra-escolares que incluyan un mínimo de una comida adecuada al día.
Los beneficiarios de las becas comedor son niños y adolescentes residentes en territorio español, menores de 18 años, escolarizados —ya que actuamos a través de la escuela u organizaciones vinculadas a la escuela—, y cuyas familias no puedan garantizarles un mínimo de una comida adecuada al día. Los niños son el futuro.
Esperamos que pronto no muera ningún niño en el mundo por causas evitables.
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Robert vaan der Steege,
sudhamshu
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