“Cuando informaron a mis padres del cierre de las clases se quedaron preocupados igual que yo. Mi madre no quería que eso significara un retroceso en mis estudios, así que insistió en que siguiera estudiando y que no pensara que estaba de vacaciones. Pero poco a poco se fue relajando y me pidió que la acompañara al mercado para ayudarla en la venta de ropa.
Un día, desde la escuela nos dijeron que íbamos a recibir aparatos de radio para poder seguir estudiando, nos dieron instrucciones sobre cómo usarlos correctamente y nos informaron sobre los programas y los horarios de los cursos que podíamos escuchar.
Entonces mi horario cambió. Por la mañana tomaba apuntes mientras escuchaba las clases en la radio y luego trataba de entenderlas. A veces también iba a la escuela a estudiar porque era la única manera de tener acceso a una pizarra y tiza para hacer los ejercicios.
Cuando la escuela finalmente reabrió a principios de este año, estábamos felices de volver a vernos, pero debíamos respetar un metro de distancia entre nosotros y usar mascarillas, tanto en las aulas como en el patio. Esto fue un poco difícil para mí al principio, pero al menos ahora entiendo mejor las lecciones.
Me gustaría obtener mi certificado de educación primaria este año y después hacer secundaria para seguir aprendiendo. Espero que el coronavirus salga pronto de nuestro país y podamos olvidarnos de tantas medidas sanitarias".
África , Burkina Faso , coronavirus , COVID-19 , educación , educación a distancia , radio
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