“Nunca podré borrar esa huella de mi vida, pero aquí estoy, tratando de sobrevivir y buscar algo de tranquilidad. Las situaciones de violencia que vivimos como niñas y como mujeres siguen latentes en nuestro corazón.
La mejor forma de superarlo es aprender a vivir con ello. No podemos olvidar, para nada”. Ana Julia forma parte de la Asociación de Mujeres de San Julián, en El Salvador, desde donde trabaja para conseguir mejores oportunidades de vida para las mujeres y las jóvenes y erradicar la violencia contra ellas.
San Julián está catalogado, dentro del departamento de Sonsonate, como
el segundo municipio más afectado por la ola de violencia en los últimos tiempos. Aquí, y también en los vecinos municipios de Nahuizalco y Santa Isabel Ishuatán, hemos llevado a cabo
desde inicios de 2020 el proyecto Empoderamiento de niñas, adolescentes y mujeres para el ejercicio de una vida libre de violencia de la mano del Movimiento Salvadoreño de Mujeres (MSM) y con el apoyo de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD).
Con el objetivo de profundizar en las causas y las razones de la violencia machista y buscar estrategias para prevenirla planteamos acciones en tres sentidos: atención, sensibilización e incidencia. Todo ello con el objetivo de
fortalecer las capacidades de niñas, adolescentes y mujeres a la hora de ejercer su derecho a una vida libre de violencia.
Estas acciones las hemos llevado a cabo principalmente en 15 comunidades del territorio a través de las Unidades Municipales de la Mujer (UMM), tres asociaciones de mujeres locales y un movimiento de mujeres indígenas. Hemos utilizado el mecanismo de
Ventanas Ciudadanas, mujeres que sirven de puntos de referencia para asesorar y dar seguimiento a casos de violencia machista denunciados por niñas, adolescentes y mujeres de la localidad.
Más participación y compromiso de toda la comunidad
Entre los principales éxitos del proyecto destacan las formaciones impartidas, que ayudaron a crear espacios de diálogo y de reconocimiento de los derechos de las mujeres;
el papel de las lideresas que conforman las Ventanas Ciudadanas y las asociaciones de mujeres, gracias al compromiso y al trabajo de las cuales ha mejorado el bienestar y la participación de las demás mujeres de las comunidades donde actúan.
Además, destaca la alta participación de mujeres jóvenes en cada una de las fases y actividades y el trabajo conjunto de
identificación de los tipos de violencia que enfrentan las mujeres, como la violencia económica y el desprecio a la labor que mayoritariamente ejercen ellas en el hogar.
Por último, hemos constatado que, frente al
gran desconocimiento en materia de derechos e igualdad por parte de los hombres, junto con los altos índices de pobreza, las brechas entre hombres y mujeres seguirán siendo significativas si no ponemos énfasis en que ellos también reciban formación y sean parte activa a la hora de poner fin a esta lacra social.
El Salvador
,
ventanas ciudadanas
,
violencia de género
,
violencia machista