Como padres y educadores, sabemos lo importante que es lo que se les dice a los niños y cómo. Delante de ellos, se procura medir las palabras y mantener la calma. Pero a veces,
en momentos tensos o de enfado y frustración, se nos escapan cosas y sin pensar en las consecuencias. Como todos los cambios, quizás nos cueste un poco al principio pero aquí van
las 5 frases que no debemos volver a decirle a un niño. Y recuerda, no dejes que los nervios te puedan. Antes de hablar en caliente, respira y toma nota de las frases que todos deberíamos evitar y descubre por qué.
“Ya lo hago yo”
Cuando decimos esto, lo mas probable es que se nos ha agotado la paciencia y el niño puede pensar que vale más hacerlo deprisa que bien. Además, frases como estas reducen su autoestima.
Es normal que les enseñemos a hacer cosas y que les ayudemos pero
si acabamos atándoles las zapatillas, subiéndoles la cremallera del abrigo o poniendo las últimas piezas del puzle, nunca aprenderán a hacerlo solos. Recuerda que lo mejor que puede recibir un niño son
los ingredientes para ser independiente. La próxima vez que tengas prisa prueba un acercamiento más colaborativo: “Vamos a intentar hacerlo juntos.”
“Deja de llorar”
Los niños deberían sentirse seguros y cómodos expresando sus emociones y sentimientos. Sobre todo cuando están en casa o en compañía de su familia.
Cuando les decimos que dejen de llorar es como si les dijéramos que llorar es malo, cuando es lo más normal del mundo. Además, decirles esto no les hace sentirse mejor. En lugar de “Deja de llorar” prueba a decir:
“Te debes sentir triste/enfadado/con miedo de que… tu amigo no se ha podido quedar a dormir/el abuelo se haya marchado/ el trampolín sea tan alto.”
Al hacer esto,
estás ofreciéndole al niño palabras y maneras de expresar cómo se siente y por qué. Y si a esto lo acompañas de un abrazo, mucho mejor. Recuerda que los niños más pequeños aún no saben expresar sus emociones y recurren al llanto o al enfado.
Si crees que tu hijo llora con más frecuencia de lo normal, te recomendamos leer nuestro post '
¿Mi hijo es demasiado sensible?'.
“Déjame en paz”
"Déjame en paz" o "no me molestes" son frases que si se las repetimos con frecuencia, manda un mensaje claro a los hijos: “me incordias, no tengo tiempo o me molestas”.
Cuando se escapan frases así es porque necesitamos más tiempo para nosotros. O nos sentimos saturados. Es importante y saludable tener tiempo para uno y de manera habitual. Aunque sea dar una vuelta a la manzana o escuchar un poco de música sin interrupciones. Sino, diremos cosas de las que nos arrepentiremos.
La próxima vez que pierdas los nervios, prueba esto: “Papá/Mamá está terminando una cosa. Necesito que te sientas a jugar o dibujar solo durante un rato. Enseguida estaré contigo.”
“Date prisa”
¿Has pensado cuántas veces le has dicho esto a tu hija? ¿Cual fue el tono de tu voz al hacerlo?
Cuando tenemos prisa, tendemos a hacer que nuestros hijos se sientan culpables. Y quizás lo consigamos pero lo que no hace es motivarles a correr o ir más deprisa. Y además añade aún más estrés a la situación. En lugar de “date prisa” opta por integrarte con: “démonos prisa” o “vamos a darnos prisa para no llegar tarde.”
“Por que sí”
Esta frase o una muy similar “porque te lo he dicho yo” se ha convertido en un cliché. Y uno que deberías evitar porque al decirlo estás
dañando su auto estima, insultando su inteligencia y engendra sentimientos de debilidad e insignificancia. Claro que hay que saber decir que no pero debemos ofrecer razones.
Y cuando hablemos con nuestros hijos,
debemos usar palabras que entiendan. Si los niños comprenden por qué hemos decidido tal o cual cosa, estaremos enseñándoles a razonar.
La próxima vez que te encuentres a punto de contestar con un “por que sí” intenta esto: no decir nada.
¿Qué otras cosas debemos evitar decir a nuestros pequeños? No dudes en escribirnos.
Derechos de imágenes:
Emilio Labrador,
Nicki Varkevisser.
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