En teoría a todos nos gustan, pero en el mundo digital en el que nos movemos nos da pereza bajar la caja empolvada de lo alto del armario. Se trata de los juegos de mesa, los de caja de cartón, los de toda la vida que animaron nuestra infancia y que ahora recordamos con más nostalgia que otra cosa.
Es hora de cambiar la tecla, porque al parecer
son únicos para recuperar el tiempo compartido en familia, elevar los espíritus, entrenar el cuerpo y el cerebro y sobre todo, conseguir que por un rato apaguemos tablets, móviles y demás pantallaje para compartir un buen rato.
Los juegos de mesa son ya un clásico renovado pero con muchos beneficios para ti y tu familia.
Estamos hablando de clásicos como
Risk, el rey de la estrategia mundial,
Cluedo para sentir misterio y emoción a golpe de dados, el clásico
Pictionary que nos obliga a explicarnos como artistas consagrados, el eterno
Monopoly, la
Jenga para constructores en ciernes y otros muchos.
Ahora que es complicado reunir a la familia hasta para comer, resulta que el mueble familiar por excelencia, la mesa, recupera su sentido como soporte de diversión, aprendizaje y cohesión familiar.
He aquí algunos de los beneficios que puedes compartir con tus hijos pequeños y hasta con los adolescentes si consigues desviar su atención de la pantalla un rato.
Diversión y subidón del estado de ánimo garantizado para todos. Se trata de algo casi inmediato. El síntoma más evidente son las risas e incluso carcajadas que generan las famosas endorfinas, esos compuestos químicos responsables de la felicidad, empatía compasión y confianza compartida.
Tiempo familiar: estar sentados todos juntos, sin interrupciones ha dejado de ser habitual en nuestros hogares. Parece increíble que algo tan necesario se nos haya escurrido entre los dedos sin siquiera darnos cuenta. Con esos mismos dedos y un cubilete de dados o una ficha con preguntas recuperar este tiempo es más sencillo de lo que parece.
Memoria y habilidades cognitivas: La mejora en estos aspectos está garantizada si jugáis con cierta frecuencia, no solo para tus hijos menores sino también para ti. Las áreas del cerebro que se ocupan de la resolución de problemas, pensamiento complejo y formación de la memoria son claves para el día a día de toda la familia, y con los juegos de mesa se ven claramente reforzadas.
Regulan la tensión arterial: la risa y la liberación de endorfinas promueven la relajación muscular y una mejor circulación sanguínea. No podemos garantizarte que no habrá algún momento de tensión en el juego, pero siempre que se lleve con humor, va a ser beneficioso para tu estado general.
Mejoran la velocidad de respuesta y la memoria inmediata. Parece ser que jugar en familia es un buen tratamiento preventivo para esos momentos en que no aparecen las llaves o no recordamos dónde aparcamos el coche. La paradoja de los mejores juegos de mesa es que refuerzan habilidades para la vida real haciéndonos sentir que estamos en otro mundo.
No va a ser fácil atraer la atención de tus hijos al principio. Una caja de cartón con un tablero desplegable lo tiene difícil para competir con el brillo de una pantalla HD. Elige el juego que creas más apropiado para romper el hielo, y pídeles que te concedan 15 minutos de su tiempo. Lo más probable es que caigan rendidos a la emoción compartida mucho antes de que empiece el tiempo de descuento.
Recuerda estas dos palabras: emoción, y compartida. Si no consigues seducirles inicialmente con una buena partida de Scrabble, prueba con la Jenga, el éxito está prácticamente asegurado.
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