Formarse y aprender puede marcar la diferencia y acabar con comportamiento y actitudes que no solo dañan a las mujeres y a las niñas, sino también a los hombres. Desde nuestra ONG Educo creemos en el poder de la educación para transformar a las personas y, por lo tanto, transformar el mundo. Y hoy, 8 de marzo, Día de la Mujer, afirmamos que es posible acabar con el machismo a través de la educación y que un mundo más justo es posible para todas y todos.
Y es que cuando una niña abandona la escuela queda relegada a cuidar de la casa y sus hermanos, en demasiadas ocasiones es casada y se ve obligada a tener hijos antes de tiempo, en contra de su voluntad, incluso puede ser sometida por mafias y convertida en mercancía para la trata de personas. Como sociedad, no podemos permitir que esto siga pasando. La educación supone un futuro para ellas, sus familias y sus comunidades. La educación les da la oportunidad de formarse para optar a un trabajo digno, tomar decisiones y defender sus derechos.
Es un hecho que cuando las mujeres obtienen ingresos reinvierten un 90% en sus familias, pero también que cuando una niña recibe siete o más años de educación se casa cuatro años más tarde. Por cada año adicional de educación primaria en las niñas aumenta el salario entre un 10 y un 20%, y por cada año adicional de secundaria, entre un 15 y un 25%. Y este bienestar revierte en su entorno.
Por eso afirmamos que el machismo se cura con educación. La educación salva vidas porque protege a las niñas del matrimonio infantil, las protege de los embarazos precoces, de la trata, de la violencia. Y por eso pedimos que todas las niñas tengan acceso a la educación, porque es su derecho y porque es la forma más efectiva de luchar contra el machismo y crear una sociedad igualitaria.
Karen vive sola con su hermana de 10 años y su madre. En Nicaragua, donde reside, la violencia contra la infancia y en especial, contra la mujer, es un grave problema en el que la educación es y debe ser siempre parte de la solución. La joven afirma que al principio pensaba que era normal que por ser niña la trataran diferente que a sus compañeros de clase o a sus primos, pero hoy, gracias a las formaciones que ha recibido de nuestra ONG, entiende que no lo es: “No sé cómo será en otras escuelas o comunidades, pero donde yo vivo a veces ser niña o una adolescente es complicado y peligroso. Somos una diana fácil para sufrir bullying o acoso escolar: hablan sobre nuestros cuerpos, nuestra ropa, sobre cómo nos comportamos o lo que no deberíamos hacer... y ahora he aprendido que eso no es normal y que nos deben y nos debemos hacer respetar”.
Actualmente, está a punto de terminar sus estudios de secundaria y quiere licenciarse en medicina para ayudar a todas las personas que lo necesiten: “Hace años participé en un curso sobre vocaciones que organizó Educo. Fue lo mejor que pudo pasarme porque aprendí enfermería básica, como por ejemplo: limpiar y desinfectar heridas, poner vendajes o cómo tratar ciertas lesiones. Allí entendí que mi vocación era la medicina y le estoy eternamente agradecida a la ONG”.
A esta joven la conocimos con tan solo 5 años, cuando se unió a una de nuestras escuelas de Bangladesh. Su familia estaba inmersa en una pobreza asfixiante, que le impedía costear la educación de su hija. Desde ese momento apoyamos a la familia con material escolar gratuito, uniforme, juguetes y alimentación equilibrada para que la niña siguiera estudiando, tanto durante la etapa de educación primaria como secundaria.
Al finalizar sus estudios, su padre quería casarla para aligerar la carga económica de la familia pero la joven, con el apoyo de su madre, se opuso rotundamente y se aferró a su sueño de convertirse en policía. Actualmente, sirve con orgullo en la comisaría de Kona Bari, en el distrito de Gazipur, al tiempo que cursa estudios superiores: “La ayuda que recibí de la ONG Educo quedará grabada para siempre en mi corazón", afirma la joven.
La joven Setumoni es el claro ejemplo de todo esto. Esta joven bangladesí era una estudiante brillante que soñaba con ser ingeniera, pero las condiciones económicas de su familia eran muy limitadas, haciendo imposible que pudieran pagarle los estudios de secundaria. Por suerte, gracias al apoyo de nuestros colaboradores, desde muy pequeña pudo ingresar a una de las escuelas que apoyamos en su barrio y la acompañamos durante todo el camino hasta la Universidad.
Hoy trabaja en control de calidad de software como becaria en una empresa local y además sigue activa en el Club de adolescentes y jóvenes Educo Bangladesh, un grupo que se dedica a fomentar el bienestar físico y mental de los jóvenes. A día de hoy es su presidenta: “Como ser humano soy consciente de que tengo una responsabilidad con la sociedad, por eso me uní al club de Educo, porque quiero ayudar a otras niñas y niños que estén en la misma situación que yo estaba de pequeña”.
8M , Bangladesh , derecho a la educación , derecho a la igualdad , Día de la mujer , educación , educar , Igualdad , machismo , Nicaragua
Conoce quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos.
Recibe nuestra newsletter con todas las novedades.
En momentos trágicos como éste, los niños y niñas son los más vulnerables. Dona ahora ¡Necesitan nuestro apoyo!