Los cólicos del lactante son un trastorno típico de los primeros meses de vida que trae de cabeza muchos científicos y sobre todo a un montón de padres. Todos los bebés lloran de vez en cuando, el llanto es el primer mecanismo de comunicación de los seres humanos, que nacemos totalmente dependientes y sirve para informar a los adultos cuidadores de que algo pasa para que le pongan remedio.
Sin embargo los bebés con cólicos lloran más. Mucho más.
Los bebés con cólicos son bebés sanos, que han comido de forma normal, con el pañal limpio y sin ningún problema de salud que rompen a llorar desconsoladamente, sin causa aparente y todos los días más o menos a la misma hora, sin que nada pueda calmarlos. Un llanto intenso y vigoroso de al menos 3 horas de duración, tres días a la semana y durante tres semanas, especialmente por la tarde es la definición más típica de "cólico del lactante", siempre que el bebé esté sano y bien alimentado.
Y la ciencia aún no sabe por qué esto ocurre.
Sólo un 5% de los cólicos del lactante tienen una causa orgánica demostrable como gases, reflujo y aunque algunos expertos asocian la ansiedad de los nuevos padres con el riesgo de tener bebés con cólicos, la realidad es que hasta ahora ninguno ha sido capaz de demostrar si es la ansiedad paterna la que provoca los cólicos, son los cólicos los que provocan la ansiedad paterna o, muy probablemente, sean las dos cosas a la vez.
Tener un bebé con cólicos suele ser agotador y muy, muy estresante. La imposibilidad de calmar a tu hijo, que llora y llora sin parar a pesar de todos tus esfuerzos por consolarle es agobiante y acaba con la tranquilidad de cualquiera. El llanto de los bebés es profundamente desagradable, un recurso excelente de mamá naturaleza para que los adultos corran a atenderlo y cuando éste es imparable la tensión aumenta y aumenta de una forma que puede llegar a ser peligrosa: los bebés que lloran mucho tienen más riesgo de sufrir algún tipo de maltrato, por ejemplo el síndrome del bebé sacudido - aprovechamos para recordar que sacudir a un bebé es muy, muy peligroso.
Un estudio publicado recientemente en la revista Child: Care, Health and Development concluye que los bebés sufren menos cólicos si las madres nuevas tienen un entorno social que les presta un fuerte apoyo o una pareja entregada que las acompaña amorosamente en esto de la maternidad recién estrenada.
El estudio se realizó con 3000 madres entre 18 y 35 años de edad que habían dado a luz en 78 hospitales de Pensilvania, de las que alrededor de un 12% reportaron que sus bebés padecían cólicos del lactante y encontró una fuerte relación entre el bienestar materno y un riesgo inferior de que los bebés padecieran este trastorno: cuanto más felices eran las madres durante el embarazo y en el postparto el riesgo de cólico era menor, una correlación que se cumple también según este estudio en madres con depresión postparto, en madres solteras y en aquellas en las que su pareja no era el padre biológico del bebé.
El apoyo social es imprescindible para las madres nuevas. Los postpartos, sobre todo en primíparas, son momentos duros, de cambios grandes, en los que tienes que adaptarte no sólo a la llegada del bebé con todo el trabajo que da cuidar de uno sino sobre todo a la nueva responsabilidad que representa criar a un nuevo ser humano. Apoyar a las madres es imprescindible para construir sociedades sanas y, según este estudio, también para evitar los temidos cólicos del lactante, una de las situaciones más estresantes a las que se enfrentan los nuevos padres.
Los cólicos del lactante suelen desaparecer por sí solos alrededor del cuarto mes.
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