Mas cariño, mayor crecimiento

Todos sabemos que el cariño es bueno. Y no solo por aquello de dando se recibe sino porque es una manera más de demostrarles amor, de apaciguarles, de hacerles sentirse protegidos y a salvo, sobre todo cuando son pequeños. Hoy, gracias a los avances de la ciencia sabemos que además, el cariño genera mayor crecimiento de estructuras cerebrales asociadas con el aprendizaje y la memoria. Sigue leyendo para descubrir en qué consiste este nuevo estudio y cómo aplicarlo a la vida real.

Según este estudio neurocientífico, realizado por la Escuela de Medicina de Washington University en St. Louis, Estados Unidos y publicado en la prestigiosa revista científica Science Daily, los niños cuyas madres han criado con cariño a sus hijos en edad preescolar, tienen mayor crecimiento de estructuras cerebrales asociadas con el aprendizaje, la memoria y además responden mejor al estrés.

La autora del estudio, Joan L. Luby, apunta a que existe un período crítico en el que el cerebro responde más al cariño materno. Los niños sometidos a escáneres cerebrales para dicho estudio incluían los de edad preescolar y adolescentes. El hipotálamo, la región del cerebro encargada de aprender, memorizar y regular las emociones,  era menor cuando esos niños no recibían el cariño necesario, incluso cuando sus madres lo empezaron a hacer más tarde. Es decir, la relación entre padres e hijos durante la edad preescolar es vital ya que su cerebro goza de mayor plasticidad.

El equipo de investigadores de la doctora Luby también descubrieron que cuanto mayor sea el hipotálamo del niño, mejor salud emocional tiene cuando empieza la adolescencia.

Pero ¿cómo se mide el cariño? Los investigadores observaron y grabaron las interacciones entre madres y niños en situaciones normales y en situaciones de estrés moderado y concluyeron que lo importante es que los padres sean capaces de mantener la calma y ofrecer cariño durante momentos difíciles. Pero con el estrés con el que vivimos ahora, esta receta tan sencilla puede resultar imposible. Y es que ser buen padre es el trabajo más difícil del mundo.

Brindarles amor y cariño nos sale de manera casi instintiva y natural cuando estamos bien. Lo difícil es aprender cómo hacerlo en momentos difíciles. Hoy, te ofrecemos consejos sobre cómo no perder los nervios para poder brindarles el cariño que necesita su hipotálamo y que crezca de manera saludable.

En el arte de educar, a veces, tenemos que hacer cosas que no nos gustan, nos dan más pereza o simplemente no nos divierten.  Por eso, cuando nos sentimos superados, debemos tener especial cuidado en no hacer o decir cosas que luego nos pasen factura. Recuerda, somos el espejo en el que se miran nuestros hijos.

No somos perfectos. Hay días en los que tenemos poca paciencia, nos sentimos tristes o cansados y no sabemos de dónde sacar fuerzas para jugar con nuestros hijos o darles el tiempo y el cariño que necesitan. Por eso es importante saber desconectar y preparar a nuestros pequeños a ser responsables e independientes. Si éste es uno de esos días, aquí aprenderás que fomentar la colaboración en casa, no solo les ayuda a valorar lo que conlleva el trabajo, sino que les hace sentirse parte del equipo familiar. Y a ti te vendrá de maravilla.

Todos necesitamos un poco de tiempo a solas para reponer fuerzas y esto también es importante enseñarle a los pequeños. Aunque sea media hora al día, procura alimentaros con actividades que os nutran.

Otra opción, si esta segunda no es posible, es recurrir al mindfulness.  Un ratito de esta actividad, os recargará las pilas para que podáis seguir disfrutando y jugando.  No dejes de leer este artículo, publicado aquí en Cuaderno de Valores para saber cómo puedes practicarlo.

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Derechos de Imágenes: Toshimasa Ishibashi, David Poe

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