El pasado septiembre empezó el cuarto curso escolar en el que estamos actuando en las 17 Comunidades Autónomas de España con el objetivo de que los niños y las niñas de familias que viven en situaciones económicas muy difíciles puedan tener al menos una comida completa al día en el comedor junto a sus compañeros de escuela.
En este tiempo, hemos podido distribuir cerca de dos millones de menús escolares. Se dice rápido, pero significa mucho.
Porque una beca comedor es mucho más que la oportunidad de mejorar la alimentación de los niños y niñas. Es todo esto y más:
- Respiro económico para familias en situación de precariedad económica.
- Mejora el aspecto físico, los hábitos de higiene y la salud de los niños y niñas.
- Educa en la solidaridad.
- Proporciona una alimentación sana y equilibrada.
- Enseña a comer, incluso lo que no gusta.
- Sirve para compartir tiempo y juegos con los amigos.
- Ayuda a mejorar en los estudios.
- Proporciona un espacio educativo donde los niños y niñas se educan en valores como el respeto y el compañerismo.
Pero nadie mejor que los niños y niñas, sus familias y las personas que cuidan de ellos durante la hora del comedor para expresar lo que representa tener una beca.
Como el testimonio de los padres de Miriam, una niña de 4 años, que nos emociona:
"Somos una familia más como tantas que, aun teniendo unos estudios y una vida laboral, vive en el desempleo, con una hipoteca y una hija que es una maravilla, pero con una salud delicada.
No hay palabras que puedan describir el agradecimiento que sentimos por vuestra generosa ayuda, que económicamente supone un mundo, pero como personas no se puede calcular el valor, ya que es ver a mi hija con una dieta variada, sana y equilibrada que a nosotros nos supone enormes sacrificios. Es verla contentísima porque se siente mayor y se siente querida participando en el comedor escolar, donde la tratan con cariño y además está un poquito más con otros niños y niñas del cole y esto también le ha ayudado mucho a sentirse una más, ya que por circunstancias todos sabemos que los círculos de amistades disminuyen cuando uno está atravesando dificultades económicas".
También las personas encargadas del comedor y la cocina nos dejan su testimonio:
"Durante el tiempo que llevo trabajando como monitora de comedor, he podido ver diferentes casos. Niños que no comen porque no les gusta la comida y no se lo quieren comer porque en su casa su mamá les hace otra cosa mientras al lado hay un niño que repite habitualmente, es muy agradecido por la comida y, aunque no le guste, se la come sin decir nada porque tiene hambre. Cuando te pones a hablar con algunos de ellos, te dicen que no han desayunado o que poquito y que no han traído nada de merienda. Es impactante cuando les ves hablar y un niño le dice a otro que se lo tiene que comer para estar sano y luego no tener hambre. Los niños que reciben estas ayudas las aprovechan y son la fuente de alimentación asegurada de cada día".
... ¡Y las palabras de los niños y niñas nos alegran muchísimo!
"Esto no me lo como en mi casa porque no lo hay".
Juan
"Yo ya me como la lechuga y el tomate. Antes no".
Tomás
"Me gusta el puchero y otras cosas no, pero me tengo que acostumbrar para hacerme grande".
Dolores
"Me gusta la comida, antes no me gustaban las mandarinas y ahora sí. No me gusta el yogur, pero cuando hay voy comiendo poco a poco, cada día un poquito más. Ayer ya me comí la mitad. Me gusta comer con mis amigos.
Jesús
"Me gusta quedarme al comedor porque me parece que es bueno compartir la hora de comer con tus amigos. Me gusta mucho la comida. Se pasa muy bien en esas horas".
Sara
"Me gusta el comedor porque la comida está muy rica, porque las mujeres del comedor son muy cariñosas y porque la comida que no me comía antes, verdura, purés, estofados, ahora me lo como".
Debora
"Hola, señores de Educo. Mi nombre es Abigail y tengo 6 años y estoy muy contenta de su ayuda. Mis hermanos y yo comemos en el cole. Comemos calentito y está muy rico. En casa comemos bocadillos porque no hay gas, y a mí me gusta la sopa de Toñi.
Abigail
"Me encanta la comida del cole. Es la mejor del mundo. He probado el pescado y me lo como todo".
Quique
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