Columpios, toboganes, aulas renovadas, juegos infantiles… En San Emigdio, una pequeña comunidad rural de
El Salvador, los niños y niñas de la escuela local vivieron hace pocos días una jornada muy especial. Los pasillos y aulas se llenaron de visitantes para inaugurar las
mejoras llevadas a cabo y asistir a la
entrega de material didáctico y deportivo por parte de
Educo.
Para muchos pequeños fue una sorpresa ver el techo de su clase totalmente cambiado, las paredes pintadas, electricidad en todas las aulas, nuevos baños y, especialmente, la nueva área de juegos con columpio y tobogán. Las obras, financiadas por
Educo, han contado con la colaboración activa de padres y madres. Además, junto a alumnos y maestros, han pintado murales en las paredes, que dan un aspecto más alegre a los espacios. Por otra parte, la escuela recibió material escolar diverso, desde rotuladores, papeles de colores y pegamento hasta pelotas de fútbol y juegos pedagógicos.
Una ayuda muy necesaria en un contexto donde las familias disponen de pocos recursos y que fue muy bien recibida por toda la comunidad educativa. Por este motivo, la jornada fue toda una fiesta que contó con la presencia de responsables municipales, líderes comunitarios y representantes del Ministerio de Educación.
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“Llevábamos años esperando”
“Me siento contento por lo bonita que está la escuela y por los materiales escolares, ya vi que hay hasta pelotas; hoy sí voy a jugar bastante a fútbol” nos comenta
Elfi Zaldaña. A sus doce años, es uno de los alumnos más populares de la escuela por sus envidiables notas y sus dotes artísticas. Su madre, Carmen, ha colaborado muy activamente en las obras de remodelación. “Llevábamos varios años esperando que la escuela mejorara –cuenta–. Nosotros como padres y nuestros hijos ayudamos a pintar, a hacer los murales y en lo que podíamos. Ahora con los paquetes también nos ayudan porque es un ahorro importante”.
La rehabilitación de esta escuela y la entrega del material escolar forma parte de las actividades del proyecto
“Uniendo lazos de solidaridad a favor de la infancia”, que llevamos a cabo en cinco departamentos del país. El objetivo es que los centros, muchos de los cuales presentan graves deficiencias de infraestructura, se conviertan en entornos seguros y protectores para los niños y las niñas.
El proyecto se desarrolla en 371 escuelas de educación infantil y primaria, en las que estudian más de
40.000 niños.
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