Desde La Paz, Bolivia, nos llegan tres voces: la de Luz, la de Luis y la de Andrea. Estos tres jóvenes nos cuentan cómo están viviendo el confinamiento, la educación a distancia y sobre todo la gestión del miedo ante un nuevo virus que nos era desconocido a todos, pero que desde hace unos meses ocupa todos nuestros espacios: el coronavirus.
“Me siento muy tranquila. Cuando nos enteramos de esta enfermedad del coronavirus, mi familia y yo nos pusimos a limpiar toda la casa. Mi mamá puso alcohol en gel en la puerta y lavandina para limpiarnos los zapatos y entre las dos hicimos unos carteles sobre cómo lavarnos las manos y los pusimos en la entrada de mi casa.
Toda mi familia ha tomado medidas de prevención usando barbijos (mascarillas). Cuando estornudamos debemos taparnos la boca. Ahora que estoy todo el tiempo en mi casa mis pasatiempos son jugar con mi sobrina y con mi perrito, me gusta cantar, también ayudo en las labores de mi casa.
Lo que más extraño es ir a mi escuela, poder jugar con mis amigos en el recreo, participar en las clases, hacer deporte en la clase de educación física y en música, poder tocar la lira. También extraño poder ir a jugar a los parques, ir al teatro, nadar en la piscina y visitar a mis abuelos porque los extraño mucho.
Esta semana, la profesora nos envió tareas vía internet, nos pidieron que descarguemos dos aplicaciones, Classroom donde nos envían las tareas, y Zoom donde nos explican las tareas que nos envían. No me puedo acostumbrar a esta forma de aprender, porque no es igual a la forma que nos enseñaban en la escuela. El tiempo pasa rápido y no alcanza para hacer preguntas, solo pasamos 40 minutos y es día por medio, y muchas veces el audio no funciona.
Cuando todo esto pase me gustaría ir a abrazar a mis abuelos y visitar a toda mi familia, también ir a pasear por las calles, tomar helado. Esta pandemia me enseñó a valorar al mundo, a no ensuciar las calles, a cuidar el planeta y lavarnos las manos constantemente. El mensaje que les quiero decir a mis amigos es que se laven las manos, que no salgan de casa y que se cuiden mucho”.
“Me siento un poco nervioso, pero feliz de hacer esta entrevista. Mis pasatiempos son jugar fútbol con mis amigos y compartir con mi familia. Pero ahora mis papás se quedaron sin trabajo. Para mí y para ellos ha sido una sorpresa el virus. Ha sido muy triste dejar el colegio, extraño a mi profesora y a mis amigos. Estoy estudiando y ayudando a mis papás con los deberes de casa y también jugando fútbol.
He cambiado mucho en esta emergencia que Bolivia está viviendo con esta enfermedad que está matando a muchas personas. No tengo que salir a la calle para no contagiarme. Aprendí que debemos valorar lo que otros nos dan y valorar lo que nos daban nuestros papás. Ahora debemos evitar salir a la calle, lavarnos las manos debidamente y cuidarnos también guardando la cuarentena.
La profesora nos manda las tareas mediante Whatsapp. Extraño la escuela. En la escuela nos enseñan muchas cosas y ya no puedo ir y ver a mis amigos. Estoy un poco triste porque la gente muere cada día. Yo les diría a los demás que no salgan de su casa porque el virus no es un chiste, muere mucha gente, porque nos contagia a todos”.
“Mi familia y yo nos asustamos por ese virus. Cuando ayudo a mi madre a atender una tienda que tenemos me da terror contagiarme, porque es muy contagioso y por eso ahora tenemos que prevenir con todo. Mi vida ha cambiado porque ahora me lavo más frecuentemente las manos, me desinfecto, también desinfecto la tienda para que no agarre ese virus, evito acercarme a las personas que vienen porque pienso que tienen ese virus. Aprendí que ya tenemos que tener mucha más higiene en nuestro hogar; lavándonos las manos con agua y jabón y también con alcohol.
Hacemos las clases mediante el Whatsapp. La profesora nos envía ejercicios de matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y sociales. No me acostumbro a esa forma de estudio, no puedo acostúmbrame a hacer las tareas mediante esta aplicación. Quisiera volver a la escuela y volver a aprender ahí.
Espero que esta cuarentena se quite para poder salir a las calles, a los parques... Podré hablar más con las personas, ya no con una protección. Aunque, sí hay que cuidarnos por esta pandemia y seguir protegiéndonos.
A mi papá le aconsejo que se cuide, que se ponga barbijo, que utilice guantes, que utilice también alcohol o un desinfectante, porque él viaja de aquí para allá y tengo miedo de que se contagie y pueda agarrar ese virus”.
Derechos de imagen principal: Poswiecie en Pixabay
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