La última Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE (Instituto Nacional de Estadística) no ofrece datos alentadores sobre la situación de los niños, niñas y adolescentes en España. Van ya dos años consecutivos con un aumento significativo del porcentaje de
menores de 18 años en riesgo de pobreza y exclusión social, alcanzando ya el 31, 1%. Es decir, más de 2 millones y medio rozan el umbral de la pobreza.
Si hasta 2018 había una tendencia a la reducción de la pobreza –aunque leve y lenta-, estos dos últimos años se han tambaleado las cifras. La pobreza no solo no se está reduciendo, sino que
en 2020 la pobreza infantil aumentó 0,8 puntos con respecto al año anterior. España, a pesar de situarse como la cuarta economía de Europa, está a la cola de la Unión Europea en lo que a pobreza infantil se refiere, solo por delante de Rumanía y Bulgaria.
Urge la acción de las administraciones
Los datos de la
Encuesta de Condiciones de Vida no hacen más que sacar a la luz cifras que ratifican la necesidad de medidas urgentes encaminadas a paliar la situación de la infancia más vulnerable y con menos recursos económicos.
Nuestro deseo y exigencia es que se preste mayor atención al colectivo de los niños, niñas y adolescentes, y se duplique la inversión de políticas de infancia, hasta llegar al promedio de la Unión Europea del 2,2%. Por eso
urgimos al Gobierno de España y a las demás administraciones a actuar ya mismo, sin excusas.
Desde Educo celebramos que finalmente se esté estudiando la
puesta en marcha de una prestación universal por hijo a hija a cargo, una medida que llevamos revindicando años al considerarla una de las más eficaces para revertir la pobreza. Es por este motivo que instamos al gobierno en la necesidad de urgencia para que la medida se concrete y sea suficiente en su asignación.
Falta de menús nutritivos
La encuesta también ofrece
datos preocupantes sobre el acceso a menús nutritivos de los niños y niñas. Si bien la encuesta anterior nos hablaba de un 4,5% de menores de edad que no podían permitirse echarse a la boca un trozo de carne, pollo o pescado cada dos días; hoy sabemos que es ya el 5,7% de este colectivo el que no puede hacerlo.
Ante esta realidad, y conscientes de esta falta de alimentación sana y completa, en Educo llevamos 8 años poniendo a disposición de miles de niños y niñas
becas comedor durante el curso escolar. Con ellas, se ha logrado no solo garantizar al menos una comida sana y equilibrada al día, sino reducir el absentismo escolar por las tardes. Además, se da la oportunidad de que todos los niños y niñas se integren totalmente en la vida cotidiana de la escuela. Y como las necesidades no descansan en verano, también ponemos a disposición de los niños y niñas las
Becas Comedor Verano. De nuevo, nuestro objetivo es garantizar al menos una comida completa al día a niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Pero no solo ofrecer comida con la que nutrirse; también tratamos de alimentar su corazón poniendo a su disposición espacios donde realizar
actividades educativas y de ocio, donde puedan juntarse con otros niños y niñas y disfrutar en compañía.
Esta particularidad de las becas, de sentimiento de pertenencia a un grupo y de compartir espacio con los pares, está enfocada a paliar también otro de los datos relevantes que nos ofrece la Encuesta de Condiciones de Vida: cada vez son más los niños y niñas que no pueden disfrutar de una semana de vacaciones y esparcimiento en verano. El 34,5% de los niños, niñas y adolescentes en España no puede hacerlo.
Desde Educo ofrecemos medidas enfocadas al verano, pero es primordial la puesta en marcha de acciones enfocadas a la época estival por parte de las administraciones. Necesitamos programas estivales que garanticen la alimentación y el ocio de los menores de edad.
Foco puesto en las familias “monomarentales”
Las familias monoparentales compuestas por un adulto y uno o más hijos e hijas alcanzan el mayor porcentaje en riesgo de exclusión y pobreza, duplicando a los hogares donde se encuentran los dos progenitores (o dos adultos). Sabemos, además, que se trata sobre todo de familias en las que siempre está a cargo la madre, por eso hay que hablar con propiedad y sustituir el término monoparental por monomarental. La pobreza además tiene rostro de mujer, siendo los niños y las niñas el colectivo que más sufre estas consecuencias.
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