Durante estas últimas semanas, os hemos estado contando a través de nuestras redes sociales y algún post de este blog, que nuestro compromiso y apoyo a todas las niñas, niños, adolescentes y sus familias afectadas por el conflicto armado en Ucrania es firme y que estamos redoblando nuestros esfuerzos a diario para estar con todos ellos y dar respuesta a sus necesidades. Educo está siempre del lado de la infancia más vulnerable y esta ayuda humanitaria que ahora brindamos en Ucrania tiene sus réplicas en otras geografías mundiales, allí donde se encuentran niñas y niños afectados por otros conflictos armados, o por situaciones de especial gravedad.
En el post de hoy queremos contaros algunas de las actuaciones que Educo lleva a cabo para proteger a la infancia víctima de catástrofes humanitarias. Nuestras acciones allí donde la ayuda no puede hacerse esperar.
Afganistán: ayuda a las madres cabeza de familia para la compra de alimentos
Tras la vuelta al poder de los talibanes en Afganistán, la vulnerabilidad de sus habitantes no ha hecho más que incrementarse. Hablamos de un país en el que el 95% de su población pasa hambre, y donde las mujeres y las niñas sufren especialmente la violencia y la falta de protección.
La guerra ha convertido a más de dos millones de mujeres en viudas. Se han quedado solas a cargo de la familia, abocadas a la mendicidad para sobrevivir en un mundo en el que son invisibles y no pueden abandonar sus viviendas sin un tutor masculino. Son analfabetas y están prácticamente desahuciadas al carecer de recursos, documentación, transporte u opciones de refugio en países vecinos. Y, además, tienen frío: las temperaturas del crudo invierno afgano alcanzan los -12°.
Ante tal emergencia, a través de la Alianza ChildFund, y de la mano de WeWorld, que tiene como socio ejecutor a Rural Rehabilitation Association for Afghanistan (RRAA), contribuimos a mejorar el acceso a alimentos de los hogares encabezados por viudas en el distrito de Koshk Rabat Sangi de la provincia de Herat. Y lo hacemos entregando dinero para alimentos a 230 hogares, de los que dependen unos 1.300 niños y niñas. Ofrecemos el equivalente a 80 € al mes por mujer/familia en tres pagos al mes. La entrega de dinero en efectivo abarca todo el periodo invernal, de diciembre de 2021 a junio de 2022.
El Sahel: comprometidos con la educación segura
La combinación de múltiples factores hace de la región del Sahel un lugar especialmente expuesto a la crisis humanitaria. Los fuertes choques climáticos de la zona; las repetidas crisis alimentarias; los constantes conflictos de inseguridad y el desplazamiento forzado, sumado al déficit de desarrollo estructural y la falta de oportunidades de medios de subsistencia, además de la pandemia de la COVID-19, la han sumido en una crisis compleja. Las necesidades de los 20 millones de personas que viven en las zonas afectadas por el conflicto -Burkina Faso, Malí y Niger- no paran de crecer; y la mejora de la situación humanitaria es un verdadero reto, pero no podemos dejarlos solos. Por ello, Educo está presente en la zona realizando acciones de Educación en Emergencia.
Son casi cinco millones de niños y niñas los que necesitan de ayuda humanitaria, siendo 660.000 los que han tenido que abandonar sus hogares de manera forzosa. Más de 3.800 escuelas permanecían cerradas (a principios de 2020) afectando a 688.000 niños y niñas y 20.900 profesores y profesoras. Además, conviene recordar que entre 2015 y 2019 hubo 430 incidentes de ataques en la educación en Burkina Faso, Malí y Níger.
Tratando de revertir la crisis educacional existente en la zona, Educo está presente en el Sahel para contribuir a la continuidad de la educación enespacios seguros y protegidos, permaneciendo al lado de aquellos niños y niñas afectados por la crisis de seguridad y la COVID-19.
Nuestro trabajo en terreno está enfocado a mejorar el acceso a la educación, la inclusión y la equidad; también la calidad educativa. Además, promovemos la protección y reforzamos la resiliencia.
Etiopía: protección a los niños y niñas desplazados internos
Son más de 20 millones de personas las que actualmente necesitan ayuda humanitaria en el país al haber aumentado en intensidad, frecuencia e impacto las emergencias y las catástrofes. Apenas hay medios de subsistencia y la vida, especialmente la de los niños y niñas etíopes, corre peligro. Los conflictos armados en curso, la violencia intercomunal, las perturbaciones climáticas (desierto e inundaciones), las langostas del desierto y los brotes de enfermedades, incluido el COVID-19, siguen siendo los principales impulsores de las necesidades humanitarias en Etiopía desde 2019, lo que ha agravado la pobreza infantil en el país.
De todos los conflictos, el que está teniendo lugar en el norte de Etiopía es el que más ha contribuido a deteriorar la situación humanitaria del país. Está aumentando las necesidades de ayuda, ya que expulsa a más personas de sus hogares, causando una pérdida de medios de vida y de acceso a los mercados, los alimentos y los servicios esenciales.
Tratando de dar respuesta a la emergencia, y para garantizar la protección de los niños y niñas de los desplazados internos y de las comunidades de acogida contra la violencia, el abuso y la explotación, Educo, a través de ChildFund, está presente en la zona. Como parte del programa general de apoyo a los desplazados internos, ChildFund Etiopía ha estado respondiendo a la crisis de los desplazados internos de N/Amhara en colaboración con Tesfa Birhan CFDO. A inicios de enero la asistencia directa ya había llegado a 1.884 desplazados internos. Además, a través de ayuda en efectivo se han comprado 1.400 toallas sanitarias, 400 pañales y 4.000 sopas y se han distribuido entre 700 madres y adolescentes.
Para abordar las necesidades psicosociales de 500 niños y niñas afectados por el conflicto, y apoyar a casi 1000 cuidadores o familias a responder a las necesidades de la infancia más vulnerable; y para ayudar a 1.500 niños a volver a la escuela -que tuvieron que abandonar por el conflicto- se llevan a cabo distintas acciones. Entre ellas: tratamiento médico básico, guarderías temporales en los campamentos, apoyo psicosocial y formación en habilidades para la vida, o suministro de alimentos a madres embarazadas y lactantes.
El Salvador: una crisis invisible que afecta a miles de personas
Aunque no hablamos de guerra como tal, existen otras formas de violencia perpetradas por maras y pandillas, que generan las mismas consecuencias que un conflicto armado en términos de muertes y desplazamientos (en El Salvador, solo en 2019, más de 450.000 personas se desplazaron a causa de las pandillas). Allí, junto con la AECID llevamos a cabo un proyecto que busca que los niños, niñas y adolescentes tengan una vida digna. Con el desplazamiento forzado interno, por la violencia que las maras ejercen sobre determinadas familias, se rompe el plan de vida familiar, esto repercute en un impacto económico, físico, psicológico y educativo. Hablamos del abandono repentino de la educación de muchas niñas y niños. Con nuestro programa tratamos de dar soluciones a todos estos planos vitales.
Bangladesh: al lado de los refugiados rohingyás
Han pasado más de cuatro años desde el éxodo masivo de la población rohingyá a Bangladesh, por la terrible masacre a la que les sometió el ejército de Myanmar. Ahora, más de 400.000 niños y niñas rohingyá malviven en cobijos temporales en el campamento de refugiados de Cox's Bazar, en la costa oeste de Bangladesh. Allí, no solo se exponen a las inclemencias climáticas, como el calor sofocante o las fuertes lluvias monzónicas que provocan riadas que lo arrasan todo. También se arriesgan a otras situaciones menos mediáticas, pero igualmente dramáticas. A diario se exponen a la negligencia, al abuso, a la trata, a la angustia y a otras formas de violación de sus derechos. La vida en el asentamiento no es nada fácil y los niños, niñas y adolescentes viven con inquietud y aflicción su futuro incierto.
Educo, para hacer frente a las necesidades de la infancia de Cox´s Bazar, está presente a través de programas de educación y protección, además, ponemos el foco en actividades contra la violencia de género. La puesta en práctica de estos programas se ha ido llevando a cabo en los campos de refugiados donde vive la población rohingyá, y también en las comunidades de acogida. Allí se forma en derecho y también en habilidades para la vida (como la sastrería), se cultiva el ocio y se da apoyo psicosocial.
Muchas gracias por vuestro trabajo y esfuerzo para ayudar dónde más se necesita y a quién más lo necesita. Ánimo y seguid dándolo a conocer para que otros seamos conscientes y podamos colaborar. Muchas gracias.
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