En el departamento de Quiché, en Guatemala, trabajamos activamente para asegurar la buena alimentación de niños y niñas. Tratamos de reducir la desnutrición crónica e impulsamos una alimentación sana y saludableque favorezca el desarrollo de todo el potencial de la infancia, que pasa por ejercer y disfrutar el derecho a la educación. Para lograrlo es vital el impulso de las capacidades de las familias, para asegurar la crianza saludable de sus hijos e hijas.
Entre nuestras acciones para lograr la seguridad alimentaria está la producción agroecológica en huertos familiares y la garantía de agua segura para las familias de los proyectos. Además, ponemos especial atención en la elaboración del plan familiar para la crianza saludable y el buen trato. Para ello, capacitamos a madres y padres en la correcta alimentación, a la vez que sensibilizamos también a instituciones para el fortalecimiento del ejercicio de los derechos de la niñez.
Acceso a agua saludable
Según la Organización Mundial de la Salud, el 40% de la población de las áreas rurales guatemaltecas no tiene acceso a agua potable o apta para el consumo humano. Esta falta contribuye a la proliferación de enfermedades gastrointestinales, sobre todo en niños y niñas menores de 5 años. Para tratar de paliar la situación, en Educo ponemos a disposición de las familias de los proyectos filtros purificadores de agua. Hablamos de dispositivos que desinfectan y potabilizan agua contaminada o sucia y la hacen apta para el consumo, ya que eliminan contaminantes bacteriológicos. Además, son capaces de desinfectar agua de cualquier fuente (de grifo, de pozo, de río, lago, de lluvia, etc.). Su uso no solo garantiza el acceso a agua potable a las familias, reduciendo el riesgo de enfermedades gastrointestinales, sino que, además, representa un ahorro para las familias que dejan de gastar tanto en medicinas. Y de paso, el medio ambiente también se beneficia puesto que disminuyen la práctica de hervir agua con leña o gas.
Huertos familiares cargados de alimentos nutritivos
Para contribuir a reducir la desnutrición de los niños y niñas -y de sus familias-, al iniciarse el proyecto hicimos entrega de diversas semillas para la implementación de huertos agroecológicos en los terrenos adyacentes a las propias casas. Las familias pudieron plantar acelgas, cebollas, zanahorias, cilantro, remolacha, repollo y rábano, y hoy en día están viendo los fructíferos resultados: hermosos huertos cargados de alimentos saludables y nutritivos.
Son muchos los beneficios que aportan los huertos familiares, que crecen y se nutren del apoyo de todos los miembros de la familia. Entre ellos, la disponibilidad de alimentos variados; el fortalecimiento de la integración familiar; la producción segura y sana de alimentos; la perfecta combinación de cultivos de hortalizas; el ahorro familiar o incluso el aumento de los ingresos económicos surgidos de la venta de los excedentes.
Juanita y Manuela son dos madres que han podido desarrollar huertos familiares para favorecer la correcta alimentación en su casa. En estos pequeños terrenos anexos a sus hogares han podido plantar multitud de hortalizas que ayudan a crecer sanos y fuertes a sus hijos.
Huertos medicinales para sanar molestias
Además de la plantación de verduras y hortalizas, algunas familias cuentan también con huertos medicinales. ¿Sabes qué es un huerto medicinal? Se trata de pequeños espacios para la producción de plantas con propiedades curativas capaces de mitigar dolores. Hablamos de plantas como la manzanilla, el romero, la albahaca, el apazote o el limón. Su uso puede contrarrestar dolores musculares o molestias respiratorias y gástricas. También, problemas de ansiedad o afecciones de la piel. Para las familias de las zonas rurales de Guatemala son, además, una perfecta oportunidad para reconectar con la tierra.
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