"Me llamo Winna Téné. Tengo 34 años. Tuve la suerte de ser seleccionada para una formación en sastrería organizada por Educo de seis meses. Educo nos entregó un kit para empezar un negocio y pude abrir mi taller de costura. Desde entonces, me he convertido en una mujer independiente”.
Así de empoderada está ahora esta chica de Burkina Faso, un país en el que los jóvenes tienen serios problemas para encontrar empleo. A pesar de las considerables reformas emprendidas por el gobierno, el 40% de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Ninguna política ha logrado crear el tipo de empleo necesario para sacar a un gran número de personas de la pobreza.
Esta situación se ve agravada por la crisis humanitaria y de seguridad que sufre este país africano y que está reduciendo la ya de por sí baja tasa de participación de las mujeres jóvenes en el mercado laboral, lo que a su vez provoca que aumente la violencia de género, los matrimonios infantiles y, como consecuencia, los embarazos no deseados.
Para intentar dar un giro a esta situación y crear empleo en un contexto de crisis, junto con las ONG Solidar Suisse y Aflatoun, hemos puesto en marcha un proyecto de tres años y medio —desde mayo del 2021 hasta finales de este año— para que más niñas y jóvenes, como Winna, accedan al sistema educativo y a la formación profesional en la Región del Sahel de Burkina Faso.
Está demostrado que cuando las niñas reciben una educación de calidad tienen mayores oportunidades de acceder a empleos mejor remunerados, están mejor preparadas para tomar decisiones informadas sobre su salud, su familia y su futuro y, además, los estudios muestran que las mujeres con estudios invierten más en la educación de sus propios hijos, lo que contribuye a crear una sociedad más educada y próspera.
Así ha pasado en el caso de Winna: “He podido escolarizar yo misma a mi hijo en este nuevo curso escolar gracias a los ingresos que obtengo de mi trabajo. Estoy muy agradecida a la ONG Educo”, nos cuenta la joven, y añade: “Me he propuesto trabajar para aprovechar al máximo el material que he recibido y en un año poder comprar más. Estoy muy contenta. Incluso en casa, mi vida ha cambiado a mejor".
Antes de recibir la formación y abrir su propio negocio, Winna vivía una auténtica pesadilla, pues no encontraba trabajo y la falta de recursos económicos le estaba robando sus ganas de vivir: “Antes de beneficiarme de la formación, mi vida era muy precaria. Había participado en varias oposiciones estatales sin éxito. Todos los departamentos de Kaya se habían convertido en mi segundo hogar porque cada día recorría sus calles en en busca de trabajo sin éxito. Sufrí mucho aquí, mi cara solo reflejaba tristeza”.
Pero, por suerte, las cosas cambiaron para esta joven emprendedora y la oportunidad que tanto esperaba llegó: “Una tarde, sentada, oí hablar de que la ONG Educo estaba seleccionando a jóvenes para impartir formaciones. Yo era muy reacia pero mi marido me animó a presentarme porque decía que nunca se sabe dónde está tu suerte. Así que me presenté. Cuando vi la multitud, pensé que no me seleccionarían. Pero al poco tiempo recibí una llamada que me confirmó que estaba equivocada: me habían seleccionado. Hoy vuelvo a sonreír”.
Burkina Faso , educación , formación , oportunidad , Pobreza
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