Cada vez son más las mujeres concienciadas con los
perjuicios que para la salud de sus futuros hijos tiene el tabaquismo durante el embarazo. Fumar embarazada aumenta el riesgo de bebés de bajo peso y de partos prematuros y afortunadamente la mayoría de las madres se plantea dejar de fumar (o reducirlo a la mínima expresión) incluso antes de quedarse embarazadas. La maternidad consciente sin duda mejora la salud de nuestros hijos y muchas mujeres incluso exigen que no se fume delante de ellas mientras están gestando. El tabaco es malo para la salud, es inútil seguir negándolo, pero el tabaco es malo siempre, la cosa no acaba tras el parto.
El tabaquismo pasivo afecta a los niños más que a nadie. Esto es debido a que todo el organismo de un niño está en pleno desarrollo. El aparato respiratorio y el sistema inmune en niños, sobre todo en lactantes o niños menores de dos o tres años, es inmaduro y además los niños, al ser más pequeños respiran más rápido por lo que incorporan a sus pulmones muchas más sustancias tóxicas que los adultos.
El humo ambiental afecta a los niños de muchas maneras y su organismo además es mucho más ineficaz a la hora de procesar estas sustancias tóxicas, por lo que el daño es mayor.
Los niños y el tabaco
Los españoles son los europeos que más fuman delante de sus hijos. Según la
Asociación Española Contra el Cáncer, el 52% de los fumadores de nuestro país, es decir, casi seis millones de personas lo hacen.
Los niños expuestos al humo del tabaco tienen más riesgo de padecer todo tipo de enfermedades del aparato respiratorio, en especial bronquitis, bronquiolitis y crisis asmáticas.
El humo del tabaco puede aumentar hasta en un 20% la frecuencia de estas crisis y aumenta en un 30% las infecciones de las vías aéreas. Los niños que son fumadores pasivos tienen más irritaciones de ojos, garganta, nariz y mucosas, padecen más otitis que además curan peor y tienen más riesgo de sufrir algún ingreso hospitalario. Además los hijos de padres fumadores tienen mayor riesgo de sufrir síndrome de muerte súbita del lactante durante los primeros meses de vida. Y tienen más riesgo de convertirse ellos mismos en fumadores.
Un nuevo estudio realizado en Canadá y publicado durante este mes de junio en la revista
Nicotine and Tobacco Research advierte además de que
fumar delante de los niños pequeños aumenta su riesgo de obesidad a los diez años. A esta edad según el estudio los niños expuestos al humo del tabaco durante su primera infancia tienen mayor perímetro de cintura, más grasa corporal y un índice de masa corporal mayor que sus compañeros no fumadores pasivos. Según los investigadores esto puede ser debido a que la exposición al humo del tabaco a edades tempranas puede alterar el metabolismo y el sistema endocrino de los niños.
Aunque siempre es buen momento, si tienes niños o piensas tenerlos es la excusa ideal para dejar de fumar. Dejar de fumar no sólo es bueno para tu salud y la de tu familia, aunque parezca mentira, dejar de fumar libera y dejar de fumar relaja. Merece la pena intentarlo.
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