“Con el apoyo de mis profesores he podido enriquecer mis conocimientos y descubrir buenas e innovadoras prácticas relacionadas con la disciplina que estoy estudiando. Mi deseo es llegar a ser arquitecta algún día”. Tariba tiene 16 años y es estudiante de 12º curso de Ingeniería Civil en el Liceo Técnico de Segú, en Malí. Hace unos días que todo es nuevo para ella. Es la primera vez que sale de su país y visita España. Todos sus sentidos están absorbiendo información que le servirá no solo para ser una buena profesional sino también para crecer como persona.
Tariba es una de los más de mil participantes del proyecto de educación innovadora y desarrollo de competencias digitales para jóvenes de secundaria en Mali y España (ProEDIC), financiado por la Unión Europea. Y ella también es una de los 14 estudiantes malienses que han viajado a Las Palmas de Gran Canaria para participar en visitas de intercambio, talleres y formación en tecnología, diseño y programación robótica durante diez días.
Este viaje de intercambio es el colofón del proyecto que empezó en 2019 y que durante estos más de tres años ha movilizado a la comunidad educativa del Liceo Técnico de Segú, por parte de Mali, y del Colegio Heidelberg y el IES Arucas-Domingo Rivero de Gran Canaria, por parte de España, además de a Educo y las ONG ROCARE y RARE en Mali y la Fundación Farrah en Las Palmas de Gran Canaria.
Un trabajo que se vio interrumpido por la pandemia que paralizó el mundo y que precisamente puso en evidencia una de las principales carencias de los sistemas educativos de estos dos países y de todos los demás: la falta de preparación ante las emergencias y de flexibilidad para adaptarnos a los cambios.
Como todos recordamos, de la noche a la mañana las escuelas de todo el mundo cerraron como medida desesperada e incierta para parar el contagio y millones de niños, niñas y adolescentes se quedaron sin acceso a uno de sus derechos fundamentales, el derecho a la educación. Las escuelas no estaban preparadas para una crisis de tales dimensiones y tuvieron que improvisar a marchas forzadas. El esfuerzo fue ingente, pero el daño también.
El tiempo sin escuela, sin compartir, alejados de los espacios que se consideran propios no podrá recuperarse jamás, pero sí podemos prepararnos por si algo así vuelve a ocurrir. La pandemia nos reafirmó en la importancia de invertir en digitalización y aprendizaje a distancia. Al mismo tiempo, evidenció que la brecha digital sigue existiendo y que muchos estudiantes, docentes, familias y escuelas necesitan un apoyo especial para no quedarse al margen por falta de equipos, aplicaciones y plataformas digitales.
Mejorar la educación en Mali y en España y dotar a docentes y estudiantes de las competencias necesarias en un mundo cada vez más tecnológico es el principal objetivo de ProEDIC. Estas competencias del siglo XXI son las que demandan los nuevos puestos de trabajo y tienen que ver con habilidades de alfabetización digital, por una parte, pero también con destrezas relacionadas con la comunicación, la creatividad, la innovación y la capacidad de adaptación a los cambios.
Daoud es otro de los 14 estudiantes malienses que ha tenido la oportunidad de visitar Las Palmas. Apasionado de la química y el trabajo en el laboratorio, quiere ser ingeniero de minas y se está preparando a conciencia para ello, de momento estudiando 11º de Ciencias Técnicas e Industriales en Segú. Una de las actividades que más valora de ProEDIC es la puesta en marcha de una plataforma digital de formación que se nutre de los contenidos que comparten los institutos de secundaria y otras entidades participantes en el proyecto, tanto de España como de Mali. “He adquirido muchos conocimientos en el ámbito de las ciencias técnicas por medio de la nueva plataforma digital”, afirma.
Tras diez días en Las Palmas, Tariba y Daoud, junto a sus compañeros Aminata, Souleymane, Fantamady, Assitan, Hawa, Assa, Tiero, Hassaye, Hawa, Ibrahima, Kadiatou y Adama están más convencidos que nunca de que la educación es el camino a seguir. El proyecto llega a su fin, pero su aventura no ha hecho más que empezar. Aquí seguiremos, a su lado, para acompañarlos.