¿Qué es el aprendizaje basado en el pensamiento?

Aprender a pensar y reflexionar es una de las claves del aprendizaje basado en el pensamiento. Pensamos todo el tiempo, pero aprender a hacerlo a edad temprana de manera eficaz nos puede ayudar a ser adultos reflexivos y con un criterio personal claro. En este artículo te contamos en qué consiste el aprendizaje basado en el pensamiento, cuáles son sus bases y qué ventajas tiene.

Definición del aprendizaje basado en el pensamiento

El aprendizaje basado en el pensamiento o TBL (Thinking-Based Learning) se puede definir como un tipo de aprendizaje para que niños y niñas aprendan a tomar decisiones, argumentar, analizar, ser creativos y críticos. En definitiva, se trata de enseñar a razonar a los alumnos y alumnas para que desarrollen unos determinados hábitos mentales.
 
El creador de este tipo de aprendizaje basado en el pensamiento es Robert Swartz que en su libro Pensar para aprender sostiene que es necesario trabajar y ejercitar el pensamiento para lograr que sea eficaz.
 

Elementos del aprendizaje basado en el pensamiento

El aprendizaje basado en el pensamiento se sostiene sobre tres elementos fundamentales:
 

• Destrezas del pensamiento. El profesorado tendrá la función de enseñar estrategias que permitan alcanzar el conocimiento y el control del mismo, por ejemplo, se puede plantear el objetivo de potenciar una destreza específica cómo relacionar las partes con el todo o aprender a tomar decisiones en base a una serie de datos.
• Hábitos de la mente. Para aplicar el aprendizaje basado en el pensamiento es fundamental fomentar el uso de determinados hábitos en el alumnado como la persistencia, la creatividad, la imaginación, el control de los impulsos, el uso del sentido del humor, la precisión, la capacidad de cuestionarse problemas o de ser precisos. Por ejemplo, se puede comenzar por plantear preguntas curiosas en el aula como: ¿Cómo sería la vida si no hubiera electricidad? ¿Cómo sería el mundo si no fuera necesario dormir? ¿Qué ocurriría si los juguetes cobraran vida?
• Metacognición. El último pilar del aprendizaje basado en el pensamiento consiste en analizar nuestra propia forma de pensar para poder adquirir las destrezas y los hábitos de los que hemos hablado. En definitiva, se trata de analizar los procesos que utiliza nuestra mente para tomar una decisión y para actuar.

 

Ventajas del aprendizaje basado en el pensamiento

Algunas de las ventajas más destacadas del aprendizaje basado en el pensamiento son las siguientes:
 

• Impulso del aprendizaje activo. El aprendizaje basado en el pensamiento supone un cambio radical en la forma de enseñar en el aula, de manera que los profesores ya no son los que transmiten la información al alumnado para que la memorice, sino que se coloca a los estudiantes en el centro de conocimiento, motivándolos e impulsándolos a reflexionar y a tener un pensamiento crítico.
• Versatilidad. El aprendizaje basado en el pensamiento se puede aplicar a cualquier materia o concepto y además es posible combinarlo con otras técnicas educativas como el aprendizaje por proyectos, el flipped classroom o el trabajo colaborativo.
• Adquisición de conocimientos más profundos. El alumnado aprende a relacionar mejor los conocimientos que adquiere y, por lo tanto, comprende más a fondo cada materia y fija el aprendizaje en su mente para el futuro.
• Evaluación más eficaz. Cuando los alumnos y alumnas que han utilizado el aprendizaje basado en el pensamiento realizan una prueba para evaluar sus conocimientos, no solo recuerdan lo que han aprendido, sino que demuestran que saben relacionar todos los datos que se les han dado y, que, por lo tanto, comprenden todos los conceptos. Como consecuencia de ello, se pueden utilizar diversos sistemas de evaluación.
• Incorporación de habilidades para toda la vida. El uso del método del aprendizaje en base al pensamiento aporta a los alumnos y alumnas no solo conocimientos técnicos que les servirán en su carrera profesional, sino también habilidades que les serán útiles a lo largo de su vida personal como la empatía, la capacidad de tomar decisiones, la curiosidad o la habilidad de innovar.
• Aplicación desde pequeños. Incluso los niños y niñas más pequeños pueden comenzar a aplicar el aprendizaje basado en el pensamiento, por ejemplo, se pueden comparar situaciones para encontrar puntos en común y diferencias y alcanzar conclusiones sencillas con la ayuda del profesorado.

¿Qué actividades se pueden poner en práctica en el aula para implantar el aprendizaje basado en el pensamiento?

Para poner en práctica el aprendizaje en base el pensamiento se pueden utilizar diversos métodos sencillos como los siguientes:
 

• Plantea un dilema moral. Habla de una situación en la que se presente un conflicto moral e invita a los alumnos y alumnas a dar su opinión y decir qué harían. Fomentarás el uso del diálogo y de la argumentación.
• Impulsa un debate sobre un libro o una película. Otra opción puede ser plantear el visionado de una película en el aula o la lectura de un libro para que se genere un debate en el que los alumnos y alumnas aprendan a reflexionar sobre un tema.
• Compara noticias. Ya sabes que una misma noticia puede ser contada de forma muy diferente en un medio de comunicación respecto a otro, por lo que puede ser una buena idea comparar una noticia que se publique en un periódico digital con lo que se dice en la televisión sobre ese mismo tema. En este caso se puede reflexionar sobre por qué cambia la noticia, de la forma en la que se comunica y de qué efectos tiene.
• Haz preguntas. Ya hemos hablado antes de que las preguntas son una excelente forma de hacer reflexionar, por lo que, se pueden plantear preguntas curiosas que generen interés en el alumnado y que susciten una conversación.

El aprendizaje basado en el pensamiento aporta a los niños y niñas una herramienta fundamental y muy útil en su desarrollo que les permitirá convertirse en adultos con una opinión propia y capaces de tomar decisiones, analizar situaciones, sentir empatía y reflexionar en cualquier circunstancia.

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