Los niños y niñas pueden tener diversos problemas que afecten a su estado de ánimo o a su desarrollo, por ejemplo: un proceso de duelo por la muerte de un familiar o un trastorno de alimentación, ansiedad o estrés. La intervención psicoeducativa actúa en estos casos para ayudar a los menores y a los padres y madres. En este post te contamos en qué consiste, qué estrategias se aplican y qué problemas se solucionan.
La intervención psicoeducativa es un proceso de acompañamiento del menor mediante técnicas y estrategias enfocadas a resolver un trastorno o problema. Se utiliza en diversos casos: trastornos del espectro autista, discapacidades audiovisuales o auditivas, ansiedad, pánico, depresión, adicciones o anorexia, entre otros. Este tipo de intervención también involucra a los familiares y a los profesores del niño o niña para que entiendan el trastorno y puedan ayudarlos. Algunas de las características destacadas de este tipo de intervención son las siguientes:
1. Elaboración de diagnóstico. En este documento se establece cuál es el trastorno del niño o niña, qué efectos tiene y qué medidas se pueden tomar.
2. Tratamiento del trastorno. Se trata de un tipo de tratamiento que se aplica a todos los ámbitos de la vida del niño o niña tanto personales, como educativos o sociales.
3. Tipo de intervención. Puede tratarse de una intervención individual que solo se refiera al niño o niña o grupal, en la que se involucre a los familiares, personas del entorno del niño o niña y profesorado.
4. Objetivo. La intervención siempre debe tener marcado un objetivo para mejorar la calidad de vida del niño o niña en función de sus circunstancias específicas.
Entre los beneficios de la intervención psicoeducativa, destacamos los siguientes:
Aumento de la autoestima. La intervención refuerza las fortalezas del niño o niña de manera que mejora la imagen que tiene de sí mismo y su confianza.
Aceptación del problema o trastorno. En muchas ocasiones los niños y niñas que tienen un determinado problema o trastorno no son conscientes de ello y con la intervención psicoeducativa consiguen aceptarlo, entenderlo y acceder a información relevante.
Incremento de la independencia del niño o niña. A medida que el niño o niña entiende lo que le ocurre y aprende a implantar acciones para superarlo, se incrementa su independencia lo que favorecerá también su autoestima.
Aumento de la motivación. La intervención incrementa la motivación del niño o niña por mejorar y por sentirse bien, aceptando lo que le ocurre y trabajando para superarlo día a día.
Las estrategias que se utilicen para tratar a cada niño o niña dependerán de diversos factores:
- La edad.
- El nivel de madurez.
- Las características personales del niño o niña y de su entorno.
- Su situación socio-cultual.
- El tipo de trastorno o problema que tiene.
Una vez considerados los elementos que hemos destacado en el apartado anterior, se podrá elegir el tipo de terapia o combinar varias, según el caso. Las terapias utilizadas más destacadas son las siguientes:
Terapia de juego cognitivo-conductual. El juego es una forma de que los niños o niñas se diviertan y hagan ver su conducta de forma relajada. El objetivo es que los más pequeños muestren sus emociones y aprendan a expresar lo que piensan. A través de los juegos se puede enseñar a los niños y niñas a afrontar situaciones que temen o a adquirir nuevas habilidades. Como se trata de una terapia basada en el juego es posible utilizarla en niños y niñas más pequeños, a partir de dos años y medio, hasta niños un poco más mayores (12 años). El tipo de juego puede ser:
- Estructurado. Es aquel en el que existen normas e instrucciones que se deben seguir. Puede ser un juego de mesa para tratar diversos problemas del niño o niña.
- No estructurados. En este caso puede haber un espacio con numerosos juguetes en el que el niño o niña se mueva libremente y escoja el tipo de juego que prefiera en cada sesión.
Terapia de grupo. En la terapia de grupo se unen varias personas con el mismo problema o trastorno para que puedan compartir su experiencia, sus preocupaciones y se sientan en confianza y protegidos. La participación de los niños y niñas en este tipo de terapias facilita que desarrollen sus habilidades sociales, la empatía y que mejore su autoestima. La terapia de grupo es adecuada cuando el niño o niña tiene alguna, entre otras, de las siguientes características:
- Baja autoestima.
- Es víctima de acoso escolar.
- Tiene ansiedad o estrés.
- Manifiesta problemas para comunicarse con otras personas.
- No sabe resolver conflictos de forma pacífica.
- No sabe ser autónomo ni tomar decisiones por sí mismo.
Terapia ocupacional. La terapia ocupacional es un tratamiento que tiene como finalidad la mejora de las habilidades motoras finas y gruesas de los niños y niñas. La clave es que se adapta a las necesidades de cada niño o niña y que el terapeuta debe revisar, antes de comenzar con la terapia, qué habilidades tiene el niño o niña y cuáles necesita reforzar. Algunas de las tareas o habilidades que se pueden aprender o tratar con este tipo de terapia son las siguientes:
- Aprender a rutinas de higiene personal.
- Escribir y tomar notas.
- Lanzar y atrapar objeto.
- Hacer una mochila para ir al colegio.
Con cada acción se trabajan habilidades como el equilibrio, la coordinación o la planificación.
En definitiva, la intervención psicoeducativa trata de ayudar a los niños y niñas a que se desarrollen plenamente y sepan ser independientes a la vez que incrementan su calidad de vida. Es un trabajo que involucra a todo el entorno del niño o niña (familia, entorno social y escolar, entre otros) para que sea efectivo y alcance los objetivos marcados.
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