Es bastante normal que los padres y madres sobreprotejamos a nuestros hijos e hijas. Tememos que les pase algo, queremos que sean felices y que disfruten de la vida. Emmi Pilker, médica austríaca, sostenía que la autonomía de los más pequeños es fundamental para su crecimiento. En el post de hoy te contamos en qué consiste la pedagogía Pilker, en qué se basa, cómo se puede adaptar tu hogar a este método y qué ventajas aporta.
La pedagogía Pilker es un método para criar a los niños de forma alternativa y fomentando la libertad y el respeto a la autonomía de los más pequeños durante el proceso de aprendizaje, con el objetivo de que el niño o niña sea independiente y seguro.
Emmi Pllker trabajó en la llamada Casa cuna de Budapest durante los años 40, que es el actual instituto Pilker. Era una casa donde se acogía a niños y niñas huérfanos. Emmi Pilker se dio cuenta de que muchos de esos niños y niñas tenían carencias afectivas que podían derivar en trastornos de la personalidad y otras afecciones cuando se convirtieran en adultos. Pilker consideraba que la salud de los bebés no consistía solo en controlar su físico (peso o alimentación), sino también en dar importancia al movimiento y a los vínculos afectivos.
Durante la infancia los niños y niñas tienen una gran curiosidad y muchas ganas de explorar, por lo que un movimiento libre es fundamental para que se desarrollen desde un punto de vista psicomotriz sin la intervención de una persona adulta, ya sean padres o profesores.
La pedagogía Pilker se basa en varios principios básicos que son los siguientes:
Creación de vínculos afectivos. Para el desarrollo de los niños y niñas es fundamental que se creen vínculos afectivos sólidos con sus padres y madres, así como con otras personas de su entorno. Es importante considerar que cada niño y niña es diferente, que tiene sus particularidades. El apego es fundamental para que los niños y niñas se sienta protegidos y acompañados.
Buena comunicación. La comunicación es una de las claves para crear vínculos afectivos sólidos con nuestros hijos e hijas. Hazles preguntas, crea entornos en los que se sientan cómodos y genera confianza para que exista una buena comunicación siempre. Cuando se realicen acciones como el cambio de pañal o el baño es importante que se hagan con suavidad y que se le explique al niño o niña con palabras lo que se va a hacer para respetar su autonomía y su libertad.
Fomenta el juego en libertad. Para que los niños y niñas jueguen de forma libre y aprendan es aconsejable crear un espacio seguro, tal y como veremos en el siguiente apartado, además de vestirles de forma cómoda para que se puedan mover libremente.
Libertad de movimiento. Pilker sostenía que para que el niño o niña se desarrolle desde un punto de vista psicomotriz es esencial que se pueda mover con libertad y que los adultos no intervengan en ese movimiento. Por ejemplo, es más adecuado no forzarles a gatear o no darles la mano para que comiencen a caminar. Pilker sostenía que era mejor que los niños y las niñas trabajen su movimiento de forma natural y a su propio ritmo. Desde el punto de vista de Pilker los muebles que limitan el movimiento como las cunas o las tronas no se adaptan a su metodología.
Generar un entorno estable. La estabilidad es otro de los factores fundamentales en el método Pilker. El niño o niña debe sentir que están protegidos por sus padres y madres y que el entorno no cambia de forma constante.
El método Pilker se puede aplicar también a tu casa para adaptarla al aprendizaje de tu hijo o hija. Estas son las adaptaciones que puedes realizar:
Puedes colocar alfombras en el suelo que no se arruguen ni se deslicen para evitar que el niño o niña se resbale.
Otra buena idea es colocar colchones y juguetes adaptados a la edad de cada niño o niña sobre la alfombra u otro lugar en el que los niños y niñas estén cómodos y se puedan mover libremente.
Si tienes sofás o sillones puedes poner cajas pesadas que sirvan de escalones para que el niño y niña se pueda subir.
Evita muebles que limiten el movimiento como cunas, tronas o andadores, ya que intervienen en el proceso de desarrollo natural de los niños y niñas.
Elige juguetes como la pelota Pilker, que es una pelota que los niños y niñas pueden utilizar para lanzarla, hacerla rodar o introducir otros objetos dentro de ella.
Hemos visto en qué consiste el método Pilker y hemos citado algunas ventajas que vamos a ver más en detalle a continuación:
Conocer sus límites físicos. Cuando los niños y niñas son libres para moverse por donde quieran, aprenden a conocer su cuerpo y los límites que tienen. De esta forma aprenderán poco a poco a moverse de forma natural y según sus necesidades y su desarrollo.
Confianza en sí mismos de niños y niñas. Tener libertad de movimiento y conocer sus propios límites físicos les ayudará a tener confianza en sí mismos y a mostrarse seguros.
Calidad del aprendizaje. Con el método Pilker lo esencial no es aprender de forma rápida, sí no aprender con calidad.
Aumento de la autoestima. Aprender, descubrir y explorar por sí mismos, ayuda a niños y niñas a aumentar su autoestima.
Ante el aprendizaje de niños y niñas con el método Pilker los adultos somos meros observadores, no intervenimos ni sugerimos al niño o niña lo que debe hacer, simplemente miramos y respetamos sus decisiones.
En definitiva, se trata de encontrar un equilibrio entre la protección y la autonomía de los más pequeños para que crezcan felices y seguros en entornos adaptados a sus necesidades.
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