En anteriores artículos hemos hablado del
hambre en el mundo en relación a la desnutrición infantil y de sus gravísimas consecuencias, pero aunque hay personas que no padecen hambre, sí sufren los efectos en la salud y el bienestar de la
inseguridad alimentaria.
En base a los datos del informe de la FAO
El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019:
- Se estima que un total de 2.000 millones de personas en el mundo experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria.
- Incluso en América Septentrional y en Europa, se estima que el 8% de la población padece inseguridad alimentaria.
- En todos los continentes, la inseguridad alimentaria afecta más a las mujeres que a los hombres y las mayores diferencias se encuentran en América Latina.
Todos estos datos nos muestran como la
inseguridad alimentaria es un problema grave y global que está directamente relacionado con el hambre.
El derecho a la alimentación
La Declaración Universal de los Derechos Humanos regula el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación.
El derecho a la alimentación no solo implica el derecho a estar protegido contra el hambre sino también el derecho a tener alimentos adecuados y accesibles, física y económicamente, en todo momento, y en cantidad suficiente para llevar una vida saludable y activa.
¿Qué es la seguridad alimentaria?
La
seguridad alimentaria implica la aplicación de estrategias para garantizar que todos los alimentos son seguros para el consumo. Es decir, la
seguridad alimentaria se preocupa de que los alimentos no supongan un riesgo para la salud de las personas y sean saludables.
La
seguridad alimentaria se basa en cuatro pilares esenciales que son los siguientes:
- Disponibilidad física. Los alimentos deben estar disponibles para todo el mundo, es decir, se deben cuidar aspectos como la producción y el número de existencias.
- Acceso. Los alimentos deben ser accesibles también desde un punto de vista económico para todas las personas.
- Estabilidad. La seguridad alimentaria debe ser estable y no producirse solo durante un periodo de tiempo determinado, es decir, no puede ser puntual.
Debemos considerar que en todos estos aspectos influyen factores como el clima, los desastres naturales, los conflictos y las guerras. En los países en desarrollo los principales problemas relacionados con la
seguridad alimentaria tienen que ver con el acceso al agua potable, las dietas con bajos nutrientes esenciales y la escasez de alimentos. Sin embargo, en los países desarrollados, los problemas de la
seguridad alimentaria se relacionan con deficiencias en la producción, en la manipulación o en la conservación.
Efectos de la inseguridad alimentaria
La inseguridad alimentaria tiene importantes consecuencias, sobre todo en las personas más vulnerables como son los niños y las niñas. Algunos de los efectos son los siguientes:
- Muertes por diarrea. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años y matan a 525.000 niños menores de cinco años cada año. Lo más importante es que se pueden prevenir favoreciendo el acceso al agua potable y a servicios adecuados de saneamiento e higiene.
- Reducción del rendimiento escolar. Cuando un niño o una niña no recibe alimentos y nutrientes adecuados, su rendimiento escolar se reduce, muestra fatiga, desinterés y cansancio.
- Efectos en la salud a largo plazo. La inseguridad alimentaria puede producir enfermedades crónicas que afecten a los niños y niñas durante toda su vida.
- Retraso en el crecimiento. Los niños y niñas que no reciben una alimentación adecuada debido a la inseguridad alimentaria pueden sufrir retrasos en el crecimiento y no alcanzar el peso y la altura que corresponde a su edad.
En Educo trabajamos para que los niños y niñas crezcan sanos y ponemos el foco en la prevención de enfermedades, la mejora de la nutrición y el apoyo a las familias para que puedan aumentar sus ingresos y acceder a alimentos adecuados.
Si quieres ayudarnos a lograr que los niños y niñas tengan acceso a una alimentación saludable puedes colaborar con las
Becas Comedor. Tan solo tendrás que elegir si quieres donar una sola vez o de forma mensual y el importe que deseas donar. Por ejemplo, con 450 euros puedes pagar la comida de cada día de un niño o niña durante un curso completo, con 150 euros proporcionarás una comida diaria a un niño o niña durante un trimestre escolar y con 50 euros, proporcionas comida a un niño o niña durante un mes.
La alimentación es fundamental para el desarrollo de los niños y niñas y para que puedan asistir a la escuela con energía. ¿Quieres ayudarnos?
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