Mientras muchos padres y educadores ponen el énfasis en lo académico, los científicos están demostrando que las funciones ejecutivas son las que más ayudan a preparar a nuestros hijos para un futuro próspero. ¿Qué son y por qué son necesarias? Hoy, en Cuaderno de Valores te lo contamos.
¿Qué es la función ejecutiva? Algunos dicen que es como el gerente del cerebro, la persona que se encarga de asegurar que las cosas se hagan. Entre otras, incluye organizar, acordarse de cosas importantes, prestar atención, administrar el tiempo y tener la flexibilidad para ver las cosas desde otra perspectiva. Cuando no se cultivan estas funciones, el aprendizaje es muy difícil.
Estas capacidades mentales nos ayudan a usar la información para resolver problemas y situaciones como cumplir con una tarea, esforzarse en llevar a cabo un objetivo y pedir ayuda. Y aunque todos, incluidos los adultos, podemos aprender a incorporar estas funciones, es mucho mejor y más efectivo si se cultivan desde una edad temprana, cuando el cerebro del niño crea las sinapsis y su base arquitectónica.
Desde el Center on the Developing Child de Harvard, comparan las habilidades de la función ejecutiva con un sistema de tráfico aéreo en el sentido de que ayudan a manejar las salidas y las llegadas en las numerosas pistas del aeropuerto. El cerebro necesita estas habilidades para filtrar distracciones, priorizar tareas y controlar impulsos.
Lo más emocionante de los estudios llevados a cabo por el equipo de neuro-científicos de Harvard es que los niños que aprenden habilidades ejecutivas no solo aprenden y se desarrollan mejor sino que les permite disfrutar de un buen comportamiento y una toma de decisiones positivas.
Desde su página web educativa ofrecen trucos sencillos para cultivar las funciones ejecutivas en nuestros hijos. Aquí te los resumimos:
El juego del escondite, aunque sea escondiéndose detrás de una cortina o un juguete. Esta actividad ejercita la memoria y reta al niño a acordarse quién está escondido y pone en práctica su habilidad de auto control.
Juegos de rol. A los niños pequeños les encanta emular a los adultos. Cuando nos imitan, tienen que observar, esperar su turno y acordarse de lo que han visto para poder replicarlo. Cuando realizan este tipo de actividad están practicando la atención, la memoria y la auto regulación.
Hablar. Esta es otra manera muy sencilla de cultivar su capacidad de atención y memoria y a aprender a manejar el auto control. A los bebés, es muy importante hablarles, aunque no entiendan lo que les decimos. Cuéntale lo que estás haciendo – cambiándole el pañal, vistiéndole, dándole de comer, lavando los platos o leyendo- , ofreciéndole detalles y siempre con amor, cariño y respeto.
A medida que van creciendo, habla con tu hijo sobre los objetos que están a su altura y descríbelos, haciendo que ponga atención en algo concreto. Según vayan aprendiendo a hablar, también irán desarrollando su memoria.
Si quieres descubrir otras actividades que ayudan a cultivar sus funciones ejecutivas, no dudes en entrar en esta página web (disponible solo en inglés).
¿Habías oído hablar de las funciones ejecutivas? Si quieres saber qué juguetes son los más adecuados para cada edad, no dudes en leer este artículo.
Derechos de Imágenes: Allan Ajifo, Brianna Lehman
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