Adreia solo tiene 15 años, pero ya es representante de los niños y las niñas de uno de los barrios de Guayaquil, en Ecuador: "Cuando mis amigas y amigos me designaron como su
representante en el Consejo Consultivo de Niñas, Niños y Adolescentes de mi ciudad me sentí muy orgullosa y feliz, sabía que esta era la oportunidad para decirles a las autoridades del Gobierno Nacional qué pensamos sobre el país y sobre el cumplimiento de nuestros derechos".
Guayaquil fue el escenario el pasado mayo de la firma del
Pacto con la niñez y la adolescencia entre el Gobierno y representantes de la sociedad civil, que se comprometieron a trabajar para
garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes y luchar contra todos los tipos de violencia que les afecta. "Una de las partes más emotivas y significativas para mí fue el momento en que les dije a los ministros y ministras presentes que desde el Consejo Consultivo estaríamos vigilantes de que lo que ese día se firmaba se iba a cumplir totalmente", cuenta Andreia.
Unas semanas después recibió una invitación de la Ministra de Inclusión Económica y Social para asistir, en la ciudad de Manta, a la presentación y firma de un pacto especial: la creación del
Sello Empresarial para Productos Libres de Violencia y Trabajo Infantil. "Estaba muy emocionada, era la primera vez que iba a viajar a esta ciudad, pero sobre todo porque iba en representación de Guayaquil a observar cómo se empieza hacer realidad el pacto con las niñas, niños y adolescentes de Ecuador, el mismo que había firmado hacía pocas semanas como testigo".
Durante el encuentro pudo conversar con muchas autoridades y conocer a otras delegaciones de escuelas, organizaciones y comunidades. "Nos juntamos para ver la posibilidad de seguir encontrándonos y pensar qué podemos hacer para que ya
no exista el trabajo infantil, la drogadicción, el embarazo en niñas y adolescentes, la mendicidad, la violencia, el abuso sexual, la falta de una educación adecuada e inclusiva donde se nos garantice la gratuidad, uniformes y útiles escolares y muchos otros temas", explica Andreia.
"Soy muy consciente de que hay tanto por hacer, pero en ese qué hacer,
es importantísimo que se nos escuche y sobre todo que se tomen en cuenta nuestras opiniones. Las niñas, niños y adolescentes queremos construir un Ecuador del tamaño de nuestros sueños y el cumplimiento de nuestros sueños depende también del compromiso y las acciones que las autoridades puedan hacer junto a nosotros". Desde Educo seguiremos acompañando a la infancia ecuatoriana en este camino de participación y cumplimiento de sus derechos.
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