Muchos niños y niñas de
Burkina Faso se exponen diariamente a la violencia en sus diversas formas. El contexto general de inseguridad alienta que cada vez más chicos y chicas abandonen la escuela, o ni siquiera lleguen a matricularse. Además, muchas escuelas cierran, por lo que el riesgo de migración y explotación laboral temprana de la infancia burkinesa se multiplica.
Con el objetivo de devolver a la infancia lo que le pertenece por derecho: la educación, en Educo nos pusimos manos a la obra para promover un proyecto que ayudase a los niños y niñas de Titao y Ouahigouya, en la región Norte, y Tougan en el Boucle du Mouhoun, a recuperar -o comenzar- su acceso a educación. El proyecto, que complementa la línea de acción ya iniciada por Educo en la zona (como un proyecto educativo de emergencia en el Norte, ejecutado junto a Unicef) favorece el acceso a los servicios educativos de los niños y niñas del norte del país, y les da la oportunidad de
aprender y prosperar en un entorno protector, integrador e inclusivo.
El proyecto
"Apoyo a la educación de los niños afectados por la crisis de seguridad en las regiones del Norte y Boucle du Mouhoun de Burkina Faso" (SECURE), se ha venido ejecutando en los dos últimos años y la intervención sigue en marcha a través de un nuevo proyecto en la zona.
Hace dos años, cuando arrancamos, más de 23 mil alumnos de Louroum, más de 14 mil en Yatenga y casi 3 mil en Sourou sufrían directamente la crisis de seguridad. Algunos de ellos emigraron a las provincias donde realizamos la intervención, inscribiéndose en los municipios de acogida y matriculándose en escuelas franco-árabes; escuelas que desgraciadamente tienen una oferta educativa muy limitada, sobre todo de enseñanza en francés. Sin embargo, en su gran mayoría (más del 90%) quedaban fuera del sistema y no se escolarizaban.
Para el
proyecto SECURE logramos involucrar a más de 15 mil chicos y chicas de entre 6 a 18 años; muchos de ellos, refugiados y desplazados de sus comunidades de origen.
El proyecto ha integrado en sus acciones también la protección de la infancia y la
promoción de la higiene para garantizar un entorno de aprendizaje seguro e inclusivo. Un entorno tan fiable y resguardado como pudieran serlo sus escuelas, cerradas por la espiral de violencia que sucumbe el país y las amenazas dirigidas a las administraciones, líderes sociales y comunidades en general, pero también a profesores y escuelas. Solo a inicios de 2020 casi se alcanzaban los 2100 centros escolares clausurados.
Ante este contexto, el mayor reto ha sido mantener a los alumnos y alumnas en la escuela en las zonas de acogida, a pesar del frágil sistema educativo. También, conseguir que los desplazados volvieran a la escuela; escuelas cuyas instalaciones no están preparadas para un gran número de alumnado (que se ha multiplicado con los migrantes); y con grandes carencias incluso de lavado y limpieza de manos.
El contexto de violencia traumatiza a los estudiantes
La crisis de inseguridad ha provocado que los niños y niñas muestren traumas relacionados con la violencia que se ha ejercido sobre ellos. Los
matrimonios infantiles de las niñas o el enrolamiento en grupos armados de los jóvenes son habituales en el país. Muchos niños y niñas están separados de sus padres y madres porque emigran solos. Además, acaban malviviendo en lugares sin presencia de al menos una persona adulta. De hecho, muchos de estos chicos y chicas se matriculan, pero corren el riesgo de ser expulsados al no poder pagar las tasas escolares.
Educo, para solventar la problemática brinda ayuda para adquirir
material escolar, para pagar las
tasas escolares y para hacer frente a cualquier gasto relacionado. También el relativo a la
alimentación escolar, necesidad crucial para esta infancia.
Pero más allá de las necesidades urgentes de alimentación o material, en Educo llevamos tiempo al lado de los niños, niñas y familiares para ofrecer espacios protectores en los que se trabaje la sensibilización de padres, profesores y alumnos, para
aumentar su resiliencia. Se les da
apoyo psicosocial y psicológico en un entorno de total inclusividad.
Concretamente, junto a los profesores y otros agentes de la educación, se han llevado a cabo sesiones de formación específica sobre temas relacionados con protección en las escuelas y sus usuarios, para aprender a
gestionar e impedir conflictos. También para
prevenir la violencia de género más allá del ámbito escolar. En el caso concreto de los niños desplazados y sus padres se han tomado medidas para protegerlos de la estigmatización, la explotación y la violencia dentro y fuera de los espacios de aprendizaje.
Entre las actividades desarrolladas, además de las charlas educativas, también se realizaron más de veinte programas de radio sobre la importancia de la educación en situaciones de emergencia, destinado a poblaciones de acogida, a desplazados internos y a los solicitantes de asilo.
Una educación calidad para todos los niños y niñas
Gracias al proyecto muchos niños y niñas de la zona han podido
aprender y prosperar en un entorno seguro, protector e inclusivo. Es el caso de
Yassia Ouédraogo, una estudiante desplazada matriculada en una escuela de Ouahigouya que participó del proyecto SECURE. O de
Nématou Ouédraogo, de 16 años, estudiante de CM2 en una escuela franco-árabe de Ouahigouya. Ambos han podido prosperar y superar distintos obstáculos. Nos cuentan su experiencia:
Yassia: "Tengo 14 años, estoy matriculado en el CE2 en una escuela de Ouahigouya y soy desplazada interna de Douma. Cuando llegué aquí me resultó difícil integrarme en este entorno. Estaba traumatizada por todo lo que había vivido en mi pueblo. Ni siquiera podía hablar, sólo miraba a la gente que me rodeaba. A medida que pasaba el tiempo, me preguntaba cómo iba a volver a la escuela. Hoy, gracias al apoyo del Proyecto SECURE, me he beneficiado de clases de apoyo que me han permitido incorporarme a una escuela de la clase CE2 en Ouahigouya. El proyecto también me apoya con actividades psicosociales y me ha dado kits escolares. Estas actividades psicosociales me han permitido abrirme a los demás y tener confianza en mis profesores. Las actividades psicosociales las realizo junto a amigos, con los que juego al fútbol. Estoy muy contenta y orgullosa de haber sido parte del proyecto SECURE, porque gracias a sus múltiples apoyos estoy empezando a cogerle gusto a la vida. Espero que llegue pronto la oportunidad para otros niños desplazados que no han tenido de momento la misma suerte que yo”.
Nématou: "Tengo 16 años. Antes del apoyo del proyecto SECURE, nuestra escuela tenía problemas con los bancos y las aulas. Cuatro de nosotros estábamos sentados en la misma mesa y otros en el suelo. Era realmente difícil asistir a las clases en estas condiciones. Hoy, el proyecto ha dado una nueva cara a nuestra escuela con la provisión de bancos, la construcción de un espacio temporal de aprendizaje, instalaciones para el lavado de manos y jabones para luchar contra el coronavirus. Además, todos los alumnos han recibido kits escolares (bolsas, bolígrafos y cuadernos, etc.). Nunca dejaré de bendecir este proyecto, porque llegó en el momento oportuno para aliviar las dificultades de nuestra escuela y también para aliviar a mis padres, que no tenían medios económicos para ofrecerme los kits escolares”.
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