¡Tenemos el valor de celebrarla!
noviembre 27, 2019
Hace 30 años, el 20 de noviembre de 1989, la asamblea de las Naciones Unidas abrobó la Convención de los Derechos del Niño. Ese mismo mes el mundo veía antes sus ojos la caída del Muro de Berlín, y el anhelo de libertad, igualdad y paz de todos los miembros de la familia humana, quedó marcado en el preámbulo de la Convención.
(.…) toda persona tiene todos los derechos y libertades enunciados en ellos, sin distinción alguna, por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición,
(…) la infancia tiene derecho a cuidados y asistencia para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad,
(…) el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión,
El pasado 20 de noviembre de 2019, miramos atrás y celebramos 30 años de acuerdos. Sí, 30 años con las antenas puestas por defender el interés superior de los niños y las niñas en todas las situaciones, sea cual sea su situación legal, nacionalidad, religión o vulnerabilidad que pueda menoscabar este principio jurídico.
30 años reconociendo a las niñas, y niños sujetos de derechos y con plena ciudadanía. Tres décadas de avances en el derecho a la protección, a la educación equitativa, a la salud, al juego, a la familia, a vivir en espacios seguros y libres de violencia y a saber escuchar sus opiniones. Derechos inalienables que han de cumplirse en todas las partes del mundo y con toda la infancia del mundo.
En estos 30 años hemos aprendido que los niños y las niñas no son el futuro, sino el presente, que el futuro para ellos y ellas es hoy, porque mañana puede ser tarde. Hemos aprendido que conocen sus problemas, los de sus pares, los de sus familias y los de sus comunidades. Que son solidarios, comprometidos y tolerantes y que la educación es clave para el pleno desarrollo de sus capacidades.
Sí, hace una semana celebramos 30 años en los que que hemos visto que es posible transformar el mundo y hoy nos volvemos a poner manos a la obra, porque queda mucho por hacer para garantizar el bienestar de la infancia.
Vivimos en un mundo fragmentado y en constante cambio, que pone en riesgo los principios y el espíritu que guía la Convención de los Derechos de la Infancia e incluso la Carta de los Derechos Humanos. En Europa vemos surgir mensajes xenófobos y de rechazo a los refugiados, sin embargo, la cultura de la solidaridad tiene raíces muy profundas y esta no se cambia tan fácilmente.
Cada época presenta a la sociedad nuevos retos y ellos requieren valor para afrontarlos. Los grandes cambios y el progreso de la humanidad han sido y son resultado de respuestas valientes ante los retos, que se plantean. Educo es parte de esa sociedad valiente, que quiere seguir trabajando por el bienestar de la infancia, en definitiva, por la justicia global, en un planeta compartido. ¡Feliz Aniversario Convención!
(.…) toda persona tiene todos los derechos y libertades enunciados en ellos, sin distinción alguna, por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición,
(…) la infancia tiene derecho a cuidados y asistencia para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad,
(…) el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión,
El pasado 20 de noviembre de 2019, miramos atrás y celebramos 30 años de acuerdos. Sí, 30 años con las antenas puestas por defender el interés superior de los niños y las niñas en todas las situaciones, sea cual sea su situación legal, nacionalidad, religión o vulnerabilidad que pueda menoscabar este principio jurídico.
30 años reconociendo a las niñas, y niños sujetos de derechos y con plena ciudadanía. Tres décadas de avances en el derecho a la protección, a la educación equitativa, a la salud, al juego, a la familia, a vivir en espacios seguros y libres de violencia y a saber escuchar sus opiniones. Derechos inalienables que han de cumplirse en todas las partes del mundo y con toda la infancia del mundo.
En estos 30 años hemos aprendido que los niños y las niñas no son el futuro, sino el presente, que el futuro para ellos y ellas es hoy, porque mañana puede ser tarde. Hemos aprendido que conocen sus problemas, los de sus pares, los de sus familias y los de sus comunidades. Que son solidarios, comprometidos y tolerantes y que la educación es clave para el pleno desarrollo de sus capacidades.
Sí, hace una semana celebramos 30 años en los que que hemos visto que es posible transformar el mundo y hoy nos volvemos a poner manos a la obra, porque queda mucho por hacer para garantizar el bienestar de la infancia.
Vivimos en un mundo fragmentado y en constante cambio, que pone en riesgo los principios y el espíritu que guía la Convención de los Derechos de la Infancia e incluso la Carta de los Derechos Humanos. En Europa vemos surgir mensajes xenófobos y de rechazo a los refugiados, sin embargo, la cultura de la solidaridad tiene raíces muy profundas y esta no se cambia tan fácilmente.
Cada época presenta a la sociedad nuevos retos y ellos requieren valor para afrontarlos. Los grandes cambios y el progreso de la humanidad han sido y son resultado de respuestas valientes ante los retos, que se plantean. Educo es parte de esa sociedad valiente, que quiere seguir trabajando por el bienestar de la infancia, en definitiva, por la justicia global, en un planeta compartido. ¡Feliz Aniversario Convención!
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