Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 3 de cada 4 niños de entre 2 y 4 años, unos 300 millones, sufren con regularidad castigos corporales o violencia psicológica de la mano de padres o cuidadores. El maltrato infantil tiene consecuencias muy graves y secuelas en la salud física y mental que afectan durante toda la vida.
El maltrato infantil se define como el abuso o la desatención de los menores de 18 años. Puede adoptar diversas formas que, en ocasiones, se dan de manera simultánea y son las siguientes:
Maltrato físico. Supone una agresión física que pone en riesgo la integridad física del niño o niña.
Abuso sexual. El abuso sexual comprende cualquier actividad sexual con un niño o niña (exposición a material pornográfico, relaciones sexuales, tocamientos etc.).
Maltrato psicológico. Se produce cuando se dan ataques verbales contra el niño o la niña, por ejemplo, reprendiéndoles continuamente, ignorándolos o aislándolos.
Maltrato médico. Es el caso de que una persona aporta información falsa sobre la enfermedad de un niño que requiere atención médica, de forma que se le pone en peligro de sufrir lesiones.
Abandono. Un niño o niña sufre abandono cuando no se le aporta comida, refugio, afecto, educación, o atención médica.
Un niño o niña que está siendo maltratado se sentirá culpable y confundido, porque no entenderá lo que le está pasando. Además, suelen tener dificultades para hablar de lo que ocurre puesto que los maltratadores pueden ser los propios padres, un familiar o un amigo. Algunas de las señales consecuencias que puede tener el maltrato infantil, son las siguientes:
1. Aislamiento. No querrá salir de casa, ni relacionarse con nadie y dejará de lado las actividades de su rutina diaria.
2. Cambios en la forma de actuar. Puede que el niño o niña demuestre enfado o se ponga agresivo.
3. Reducción en el rendimiento escolar. Los estudios también se pueden ver afectados por el maltrato infantil. El niño o niña no querrá ir a clase (sobre todo si el foco del maltrato está en la escuela) y sus calificaciones académicas se verán afectadas.
4. Falta de confianza en sí mismo. El maltrato infantil puede minar la confianza en uno mismo y suponer que se produzcan casos de depresión, ansiedad o estrés.
5. Robar dinero o alimentos. Son signos de que un niño o niña puede estar desatendido.
6. Intentos de huir de casa. Otra de las consecuencias importantes es la necesidad de huir de casa, sobre todo si es el lugar donde se produce el maltrato.
7. Intentos de suicidio. En ocasiones extremas el niño o niña puede intentar atentar contra su propia vida.
Además de la normativa legal que elaboren los gobiernos, como padres y madres debemos tomar medidas para que nuestros hijos e hijas se sientas seguros y se desarrollen de forma normal. Algunas de las acciones más básicas que se pueden hacer son:
Demuestra el amor que sientes hacia tu hijo e hija. Abraza, besa y demuestra amor hacia tu hijo o hija cada día. Genera confianza para que te cuente siempre lo que le ocurre y fomenta su autoestima.
No respondas enfadado. Tendemos a descargar nuestro enfado en personas que no tienen nada que ver, y pueden ser nuestros hijos e hijas. Cuando algo te enfade o te preocupe, relájate y piensa antes de actuar.
Cuida de tus hijos e hijas. No les dejes solos en casa, enséñales a actuar frente a extraños y a que se relación con otros niños y niñas.
Enseña a tu hijo o hija a decir que no. Es importante que desde pequeños aprendan a decir que no cuando algo les incomoda o les da miedo. Enséñale a que te hable cuando se sienta mal.
Toma precauciones en internet y en las redes sociales. Actualmente, el uso de internet y de las redes sociales por parte de los niños y niñas sin una supervisión puede suponer un peligro para ellos y ellas, por lo que es necesario enseñarles a tomar medidas y a actuar con seguridad.
Desde Educo actuamos de diversas formas para erradicar el maltrato infantil: desde la elaboración de un informe específico sobre los costes de la violencia contra la infancia, con el objetivo de dar visibilidad al problema y sensibilizar, hasta la exigencia de cambios en las leyes a las autoridades.
También llevamos a cabo varios proyectos centrados en la prevención de la violencia infantil en diversos países. Por ejemplo, en Bolivia, contribuimos a la lucha contra la violencia sexual comercial infantil en la Paz y El Alto y en España, con el proyecto PROTEGEmos junto a b-resol y Kanjo, logramos que las organizaciones sociales, deportivas y de ocio sean entornos seguros para la infancia, libres de toda violencia. Además, nuestro programa fomenta el buen trato entre las personas y aboga para que se respeten los derechos de los niños y niñas.
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