Los
alumnos, padres y profesores de una de las escuelas de
Filipinas con las que trabajamos, junto a representantes del gobierno local, han arrimado el hombro para colaborar en la
construcción de un nuevo espacio en el colegio. Gracias al trabajo en equipo, los niños contarán dentro de poco con una
nueva área de estudio y de juegos para estimular sus habilidades y conocimientos.
La iniciativa forma parte del proyecto que en
Educo venimos desarrollando desde 2013 en
diversas escuelas de primaria de los municipios de Bato, Libon, Polangui, Pilar, Donsol y Castilla, en la región de Bícol, para
dotarlas de ambientes adecuados para que los niños aprendan y se sientan motivados para estudiar.
Este es el caso de la escuela situada en el
barangay (barrio) Lipason, del municipio de Pilar. Allí, el trabajo en equipo de los miembros de la comunidad educativa, que han dedicado horas de manera voluntaria al proyecto, ha permitido iniciar la construcción de lo que será
una pequeña librería, una sala equipada con ordenadores, un laboratorio, una sección audiovisual, un área de estudio y un lugar de juegos para los niños de preescolar. El proceso de construcción no ha sido fácil en su inicio. Al estar situada la escuela en una pendiente montañosa, se ha tenido que nivelar el terreno a base de transportar sacos y sacos de tierra, una tarea que se ha realizado manualmente ya que el desnivel impedía acceder con ningún vehículo. Durante los 8 días que duró este proceso,
los padres no dudaron en dejar de lado su trabajo cotidiano, aun siendo temporada de cosecha de arroz,
y los alumnos y docentes dedicaron sus horas libres para no interferir en el ritmo escolar.
Juntos por una escuela de calidad
Al lado de los alumnos y los profesores, participaron un total de
242 padres y miembros de la comunidad. Entre todos ellos se estableció un clima de confianza y camaradería, especialmente durante las alegres comidas que hacían al finalizar la jornada, donde revivían la esencia del
bayanihan (tradición filipina por la que los habitantes trabajan sin esperar ninguna retribución a cambio). La participación de todos estos colectivos en los trabajos sirve a la vez para
aumentar la concienciación social sobre el derecho a la educación de los niños. En el caso de los pequeños, además,
potencia su papel como ciudadanos activos y no solo como actores pasivos que se ven beneficiados de los proyectos.
Esta iniciativa se enmarca en la promoción de c
omunidades y escuelas “amigas de la infancia” en Filipinas con el fin de defender el derecho de niños y niñas a una educación de calidad y a participar en la sociedad de la que forman parte.
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