Este 2024 que ya nos deja ha sido un año en el que hemos tenido que afrontar muchas dificultades, desde catástrofes naturales a conflictos armados. Hemos sido testigos de la guerra en Ucrania y el conflicto en Oriente Medio, y a la vez, olas de calor extremas, inundaciones o tifones han golpeado con fuerza a las comunidades más vulnerables.
En España, una DANA dejó más de 200 víctimas, recordándonos que los fenómenos meteorológicos extremos no conocen fronteras. Y en cada crisis, los niños y niñas son siempre quienes más sufren.
Pero también ha sido un año de esperanza y logros que queremos compartir contigo.
Más de 350.000 niñas y niños afectados por crisis humanitarias han recibido apoyo para seguir estudiando, a pesar de todo.
En Níger, Benín y Bangladesh, más de 25.000 niñas y niños refugiados y de comunidades de acogida accedieron a una educación de calidad en entornos protectores.
En situaciones de emergencia, hemos proporcionado educación a más de 130.000 niñas y niños.
Logramos que casi 3.000 niñas y niños víctimas del trabajo infantil dejaran de trabajar y regresaran a las aulas, donde siempre debieron estar.
Y en España, garantizamos que 6.123 niñas y niños disfrutaran de una comida nutritiva en el comedor escolar y más de un centenar de niños y niñas afectados por la DANA pudieran disfrutar de campamentos gratuitos para superar el trauma vivido.
Estos números no son solo estadísticas. Son miles de historias de superación, de derechos recuperados y de vidas transformadas gracias a personas como tú y al poder de la educación.
La educación no puede parar.
Porque educar, cura.
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