En un mundo cada vez más interconectado,
la educación debe preparar a los niños y niñas para ser ciudadanos conscientes, capaces de comprender y actuar sobre los desafíos que enfrentamos como sociedad.
La
Educación transformadora para la ciudadanía global (ETCG) juega un papel clave en este proceso, porque ayuda a comprender el mundo con una mirada crítica y ayuda a los estudiantes a reconocer su impacto en su entorno local y global.
¿Qué es la Educación transformadora para la ciudadanía global?
La
ETCG busca que los niños y niñas no solo aprendan conocimientos, sino que también
desarrollen una conciencia crítica sobre las desigualdades y los problemas globales. Esta forma de educación fomenta la empatía, la inclusión y el respeto hacia otras culturas, especialmente en aulas con estudiantes de contextos migratorios o de comunidades como la gitana. Ayuda a las infancias a entender que, aunque sus experiencias personales puedan ser distintas,
todos y todas compartimos derechos y desafíos comunes en el mundo. Así, el alumnado aprende a valorar la diversidad y a colaborar para construir una sociedad más justa.
¿Cómo puede la Educación Transformadora cambiar el aula?
La
ETCG transforma el aula al conectar los aprendizajes con los problemas locales y globales, haciendo que los estudiantes comprendan las interrelaciones entre sus iguales. Este enfoque educativo permite que los niños
entiendan problemas locales como reflejo de desafíos globales y viceversa. Por ejemplo, en un programa de ECG desarrollado en Galicia, trabajaron la disminución de la producción láctea local como parte de un fenómeno global, así los niños y niñas analizar su entorno inmediato pero también cómo este se vincula con el comercio global y la sostenibilidad.
Este enfoque es fundamental para niños y niñas de contextos multiculturales y migratorios porque a menudo se enfrentan a múltiples barreras.
Comprender su realidad dentro de un contexto global les permite verse como parte de una red global interconectada. Esto, a su vez, fomenta un
sentido de pertenencia, inclusión y valor por sus propias culturas y vivencias, y les ayuda a superar prejuicios que puedan enfrentar en su día a día.
Niños y niñas de España y El Salvador conectan sus realidades
Un ejemplo reciente de cómo la Educación transformadora para la ciudadanía global puede
generar cambios de visión y experiencias educativas innovadoras fue el encuentro online entre niños y niñas de Madrid y El Salvador, organizado por
Educo en colaboración con la
Asociación Barró, y financiado por el
Ayuntamiento de Madrid. En esta actividad, los estudiantes compartieron sus experiencias educativas, reflexionaron sobre sus contextos y descubrieron que, a pesar de sus diferencias, enfrentan desafíos, frustraciones, ilusiones y retos similares.
Así, vemos cómo este tipo de educación no solo abre las puertas a un aprendizaje más profundo y significativo, sino que también
cambia la forma en que los estudiantes ven el mundo. Al conectar los problemas locales con los globales, como se ha demostrado en diversos programas, los niños y niñas aprenden a valorar sus raíces y a ser críticos con los relatos históricos que generan prejuicios, desigualdades y opresión. Solo así se consigue construir un futuro más inclusivo y la infancia puede sentirse parte de un mundo interconectado y lleno de oportunidades
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