Todos tenemos claro que el lugar en el que los niños y las niñas han de pasar sus primeros años de vida es la escuela, no solo por el conocimiento que adquieren y que les permitirá llegar hasta donde se propongan el día de mañana, sino porque ahora, en el presente, les permite hacer lo que cualquier niño tiene que hacer: jugar, compartir, aprender e incluso alimentarse bien.
Pero el mundo no es el lugar perfecto que imaginamos para los niños y niñas. Hay muchos lugares en los que los más pequeños trabajan y no van al cole, y la causante de esta injusticia es siempre la misma: la pobreza. Benin es uno de estos lugares. En los grandes mercados de la capital, Cotonú, o en los puertos pesqueros encontramos muchos niños y niñas en edad escolar y que deberían estar en la escuela trabajando de sol a sol, e incluso de noche, bien porque sus padres necesitan ese apoyo económico, otras veces porque se han quedado huérfanos o han huida de sus casas por los malos tratos.
Hoy viajamos con nuestro director en Benin Souleymane Ouedraogo hasta este país africano para conocer de primera mano el trabajo que llevamos a cabo para luchar contra el trabajo infantil en lugares como Dantokpa y Cotonú, donde niños y niñas en edad escolar trabajan en mercados o puertos pesqueros para conseguir comida a expensas de su escolarización.
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