Vamos a darles el verano que se merecen

Una de las preocupaciones que tienes cuando te conviertes en padre o madre es pensar qué le das de comer a tus hijos. Quieres que coman equilibrado y sano, para que se desarrollen bien, tanto física como psicológicamente, cada día. Una carga mental que aparece cuando empiezan con la alimentación complementaria y que te acompañará prácticamente durante toda la vida, aunque ya sean mayores.  

Pero ¿imaginas lo que tiene que ser no poder comprar alimentos sanos para ellos y que tu sueldo no te permita alimentarlos como te gustaría o deberías? La carga se transforma en una preocupación que ahoga y que te empuja a buscar ayuda.  

La situación de los hogares en España

Al inicio de la pandemia, 4,5 millones de personas en España, casi el 10% de la población, vivía en situación de pobreza severa. Una cifra que la COVID-19 no ha hecho más que agravar. Vivir en condiciones de pobreza severa significa que cada persona del núcleo familiar debe sobrevivir con menos de 281 € mensuales para el caso de una familia con dos adultos y dos niños. Con este presupuesto, estas familias han de cubrir todas sus necesidades: vivienda, alimentación, ropa, educación, salud, energía, y ocio, si es que hay espacio para él. 
 

Es una realidad que la COVID-19 ha impactado más sobre los grupos de población más vulnerables y que hay que proteger con más intensidad a miles de familias que se encuentran en mayor riesgo de pobreza o exclusión social. A día de hoy estos son los datos que conocemos: 

• Uno de cada tres menores de 18 años está en riesgo de pobreza o exclusión social, su familia a duras penas llega a fin de mes.  
   

• Más de 370.000 niños, niñas y adolescentes no comen carne, pescado o pollo cada dos días. Sus familias no pueden permitirse comprar alimentos nutritivos para las comidas diarias. 
   

• El 10% de los hogares en España llegaron a fin de mes con mucha dificultad; y el 35,4% no pudieron afrontar gastos imprevistos durante 2020. 
   

• El 34,5% de los niños y niñas no pudieron disfrutar de al menos una semana de vacaciones fuera de casa durante el verano de 2020. Un porcentaje que se incrementa exponencialmente en los hogares monoparentales, llegando al 55,2%.   

Durante el curso escolar las becas comedor suplen esta carencia económica de muchas familias, pero el cole se acaba a finales de junio. Entonces, ¿qué pasa con los más de 700 mil niños y niñas que no reciben una buena alimentación porque sus familias tienen serias dificultades económicas? Para dar respuesta a esta emergencia, por noveno año consecutivo, ponemos en marcha el Programa de Becas Comedor Verano, que busca justamente poner remedio a esta necesidad.  

Queremos darles el verano que se merecen 

Cuando el cole termina, ofrecemos a las familias la posibilidad de que sus hijos participen en campamentos urbanos o colonias donde pasan la mañana y parte de la tarde rodeados de otros niños, en un entorno seguro y protegido, haciendo actividades divertidas y educativas y donde se les garantiza una comida sana y completa al día, evitando así también que tengan que quedarse solos en casa porque sus padres tienen que trabajar. Y es que, en España, una de cada tres familias no puede permitirse ni una semana de vacaciones al año.  

Son 700 mil niños y niñas a los que no podemos dejar solos. Tenemos que acompañarlos y poner remedio a la situación que les ha tocado vivir. Porque el verano es un tiempo de diversión, de juegos, de amigos, de estar al aire libre, en definitiva, es un momento para compartir y sentir. Y ellos también merecen experimentarlo. Pero para eso necesitamos tu ayuda, porque queremos llegar a todos ellos.  

¿Nos ayudas a conseguir que todos los niños y niñas de España vivan el mejor de los veranos posibles y estén bien alimentados también en verano? Colabora con nuestras Becas Comedor Verano, y ayúdales a que cuando recuerden estos años de infancia, en su cara se esboce una sonrisa.  

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