El verano tiende a asociarse a playa, sol, tumbona y piscina. Quizá incluso a un granizado de limón que acompañe un relajante momento de lectura bajo una sombrilla. Entrado ya agosto, muchos de vosotros habréis vivido momentos de este tipo, o estaréis por vivirlos. Sin embargo, un tercio de los niños y niñas en España solo podrá vivir escenas como esta si cierra bien los ojos e imagina.
En verano escuece el exceso de sal marina en los ojos, pero escuece mucho más la realidad de la pobreza en España. Lo cierto es que esta época idílica en el imaginario colectivo no es grata y placentera para todos. Si
en 2019 el 33,6% de los niños y niñas no pudieron disfrutar de al menos una semana de vacaciones fuera de casa, en 2020 la cifra creció al 34,5%, según datos de la Encuesta de Calidad de Vida (INE). Este porcentaje se incrementa exponencialmente en los
hogares monoparentales, con un 55,2%, que han experimentado un notable aumento en este indicador, que suponía un 48% en 2019.
Hoy son ya
2.842.569 menores de 18 años los que no pueden disfrutar de al menos una semana de vacaciones fuera de su casa. El aumento de la cifra además es significativo porque a la
imposibilidad de disfrutar de unas vacaciones que otros familiares, compañeros o amigas dan por sentadas, se une la pesada losa del confinamiento que toda la sociedad sufrió entre los meses de marzo y junio del año pasado, y un curso escolar muy particular, lleno de medidas restrictivas y distanciamiento social. Con un estado de ánimo muy tambaleante y un aumento de la ansiedad palpable, los niños y niñas necesitan más que nunca desconectar.
Pero no poder disfrutar de al menos una semana de vacaciones significa mucho más que la falta de un periodo de desconexión. Significa
no poder experimentar en la naturaleza y otros entornos distintos a los de todo el año, no poder gozar de tiempo en el pueblo con los abuelos, o disfrutar de la libertad de movimientos tan necesaria en épocas cercanas a la adolescencia. Significa también encarar septiembre ante una desigualdad evidente que se visibiliza en las experiencias narradas por los compañeros y compañeras, en sus anécdotas de playa, sierra o piscina.
Situación económica de los hogares en España
La pobreza relativa o monetaria es uno de los componentes del riesgo de pobreza y exclusión social y mide el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. Este umbral, para los hogares conformados por dos adultos y dos menores de 14 años, está
situado actualmente en los 20.214,7 euros anuales.
Lo cierto es que los hogares con hijos o hijas multiplican sus gastos y quebraderos de cabeza, al tener que hacer frente a la crianza, que incluye gastos en educación, alimentación, ropa y ocio y tiempo libre.
En 2020 el 10% de los hogares en España llegaron a fin de mes con mucha dificultad; y el 35,4% no pudieron afrontar gastos imprevistos.
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de que el sistema corrija esta brecha adoptando o reforzando medidas como la prestación por hijo a cargo, que ha mostrado su eficacia en la reducción de la pobreza infantil en países de nuestro entorno.
Junto a la situación monetaria, es importante destacar el
papel fundamental de las condiciones de la vivienda en el bienestar de la infancia. La calidad de vida de niños y niñas se ve agravada por las malas condiciones de la vivienda, dándose en muchas ocasiones la situación de hacinamiento. Además, el 10,8% de los hogares sufre escasez de luz natural en su vivienda, casi el doble que el año pasado (5,7%). La situación aumenta al 15,8% si se trata de hogares monoparentales con hijos dependientes. En cuanto al entorno, más de uno de cada diez hogares (12%) sufre problemas de contaminación y otros problemas medioambientales. Se trata de una problemática de la que no pueden escapar durante el año, y en la que no existe ningún tipo de tregua, ni siquiera una semana.
Urgimos medidas efectivas a la Administración
Por eso,
en Educo consideramos de vital importancia que el sistema se haga cargo de la situación y corrija la brecha adoptando medidas efectivas y eficaces que reduzcan de manera significativa la pobreza en hogares con menores de 18 años. Porque casi
1 de cada 3 niños en España está en riesgo de pobreza o exclusión social (el 31,1%), en Educo pedimos:
- Un sistema de protección social para familias con hijos e hijas en situación de vulnerabilidad, y el aumento de la cobertura y prestaciones del Ingreso Mínimo Vital y su complementariedad con las rentas mínimas autonómicas para llegar a todas las familias bajo el umbral de pobreza.
- Más inversión en políticas de infancia (llegando al promedio del 2,2% del PIB de los países de la Unión Europea).
- Una prestación universal para la crianza que alcance los 1200 euros anuales por hija o hijo.
- Medidas que garanticen un ocio educativo y saludable para todos los niños y niñas.
Si tú también piensas como nosotros y consideras que l
a infancia ha de situarse como prioridad en todos los gobiernos y a todos los niveles, te animamos a que te unas a nuestra lucha firmando esta petición.
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